«Es nuestra cultura»

Es nuestra cultura. No podemos confiar en las mujeres no circuncidadas.

Cuando es extirpado, su urgencia [sexual] desaparece. Por eso tiene que ser cortado. Por eso lo llaman «cortar el diablo». La parte satánica ha sido extraída y la mujer se queda en casa tranquila.

Jóvenes de Djibouti explican la ablación femenina en un documental titulado The cutting tradition. En esta región el 90% de las mujeres de entre 15 y 49 años han sido sometidas a este tipo de tortura. No son clérigos, son todavía más radicales.

Hoy se celebra el día internacional contra la mutilación genital femenina. ¿Las religiones no hacen daño a nadie? Los cojones.

Viste lo que querías ver

El otro día, embobada frente a la tele mirando a Dios a Milla Jovovich, descubrí una escena de la película Juana de Arco bastante sugerente. Sugerente, sobre todo, porque en la película no queda claro si el señor oscuro con el que habla Juana es Dios, el Diablo, su propia conciencia o una alucinación… en cualquiera de los casos, se trata del personaje más racional de toda la película, dispuesto a cuestionar con una lógica aplastante las supuestas «señales divinas» de la protagonista.

Todo ello me recordó a un par de artículos que leí hace tiempo en New Scientist. En el primero, titulado La religión altera la percepción visual, un estudio revela que los calvinistas holandeses tienen una mayor predisposición que sus paisanos ateos a hallar posibles patrones en ciertas imágenes. El segundo artículo es aún más significativo: Querido Dios, por favor confirma lo que ya creo describe cómo la gente tiende a atribuir a su dios sus propias opiniones y creencias. De modo que, si ya se es testarudo por naturaleza, con un dios en la retaguardia os lo podéis imaginar: de Mesías salvador a libertadora de Francia, elija su megalomanía preferida.

Por supuesto, toda esta teoría cobra especial interés si es Jovovich quien la ejemplifica, pero eso ya, es una apreciación personal.

Como ovejas

Debemos siempre tener para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina.

(San Ignacio de Loyola, en un momento de lucidez; una frase que lo explica todo)

Lo animal de la católica postura del misionero

El erotismo actúa como antídoto de la sexualidad definida por su naturaleza bestial: cuando el sexo habla por sí solo expresa las pulsiones más brutales del cerebro reptílico; cuando se manifiesta en el artificio, recoge lo mejor de la civilización que lo produce. Si buscamos similitudes entre la erótica judeocristiana y la erótica china, india, japonesa, nepalesa, persa, griega o romana, no encontraremos ninguna. Más bien, lo contrario de una erótica: odio al cuerpo, a la carne, al deseo, al placer de las mujeres y al goce. No hay ningún arte de goce católico, sino un dispositivo omnisciente castrador y destructor de toda veleidad hedonista.

Michel Onfray en La fuerza de existir: Manifiesto hedonista. Lectura recomendable. El título es una simplificación, claro. Lo que Onfray plantea es que el más «cochino», animal y brutal de los sexos, es, precisamente, el que se «ejecuta» con meros fines reproductivos. Quizás sea ése el motivo por el que el catolicismo lo repudia.

Congreso anual de dioses únicos y verdaderos

diosesúnicosyverdaderos

(José Luis Martín en su libro de humor gráfico La sonrisa divina. Vía ELPAÍS.com)