Diario Malaspina: día 3

Esta mañana hemos amanecido con tormenta. A primera hora me han sorprendido los destellos de luz repentinos en mi habitación. Amodorrada, pensé que había algún problema de iluminación en el barco, hasta que me di cuenta de que eran los rayos que se veían a través de la ventana. Todo esto implica dos cosas: que las maniobras de hoy han vuelto a ser accidentadas y que yo no me he podido mover de la cama  en todo el día. Me encantaría parar este vaivén, darle al “pause” aunque sólo fuese durante cinco minutos para poder recomponerme y volver a subir al buque en condiciones. Pero eso es, precisamente, lo más agobiante del mareo: que no hay salida aparente.

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Diario Malaspina: día 2

Dicen que Murphy trabaja más los primeros días, igual que el resto de la tripulación. Por eso hoy ha sido un día especialmente accidentado. Sin embargo, el ambiente en general parecía positivo: cada cual con su tarea, activo y ocupado pero, con problemas o sin ellos, nadie ha saltado gritando por la borda (habrá que darles tiempo). Casi todos insisten en que esto es lo normal, que al principio algo tiene que salir torcido para poder enderezarlo a tiempo. Cuanto antes, mejor, en cualquier caso.

Pues bien, como precisamente hoy se han estrenado las rutinas de trabajo en el Hespérides, cabe esperar que hayamos superado el pico de imprevistos y, a partir de ahora, todo vaya realmente como la seda. En cualquier caso, voy a empezar por contaros en qué consiste esa rutina y qué hemos venido a hacer aquí.

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Diario Malaspina: día 1

Son las 12 de la noche y fuera la gente todavía está trabajando. Yo he decido resguardarme en mi camarote en busca de un momento de tranquilidad: llevamos todo el día moviéndonos de un sitio para otro, sin parar un solo momento, sin un segundo para aburrirse. Tanto es así… que me cuesta elegir por dónde empezar: cada vez que intento rememorar este último día, se pasean por mi memoria, por lo menos, 53 horas. Es una emoción y una responsabilidad estar aquí en nombre de QUO, único medio invitado en esta primer etapa. En cualquier caso, empecemos por el principio, que viene siendo tradición.

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Diario Malaspina: preparativos

Los tres últimos días han sido de locos, por lo que se nos ha olvidado comentarlo por aquí: Almudena embarca mañana en el buque Hespérides, en la primera travesía —de un mes de duración— de la Expedición Malaspina 2010, que abarca desde Cádiz hasta Río de Janeiro sin escalas. Durante este mes, Almudena actuará como corresponsal de QUO/Amazings y escribirá un artículo diario en Quo Blog contando las experiencias de a bordo. Yo me encargaré de enlazarlas aquí, en Enchufa2. Aquí va la primera anotación del cuaderno de bitácora.

Ya está, se acabó. No sin esfuerzo, he conseguido cerrar la última cremallera. Miro mi maleta y me acuerdo de los caracoles: con su casita a cuestas. Si algún día no puedo pagar un alquiler, intentaré hacerme un hueco calentito entre el desodorante y las camisetas dentro de esa enorme mole con ruedines. Creo que nunca había hecho un equipaje tan abultado, y mucho menos, tan variopinto. No es raro: me embarco casi un mes en el buque oceanográfico Hespérides para ser los ojos de QUO en la Expedición Malaspina 2010, organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y yo seré la única periodista a bordo en esta primera etapa. Como suena.

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