Al hilo de lo que comentábamos el otro día sobre la diferencia entre el dolor descrito por Prokofiev y el «dolor chopiniano», aquí os dejo, interpretado también por Alexandre Moutouzkine, un ejemplo del segundo maestro: Friedrich Chopin, Fede para los amigos.
Chopin es sin duda el autor que mejor encarna el estereotipo del compositor romántico. Pianista, tímido, enamorado, enfermo de tuberculosis durante toda su vida, hasta que la enfermedad acabó con él a los 39 años… Su nombre es probablemente de los primeros que aparecen en nuestra mente al hablar del Romanticismo y sin duda el primero cuando alguien menciona el piano. Piano es Chopin y Chopin es piano, hasta el punto de que raro es el pianista que no se enroló en este gremio con la ilusión adolescente de llegar a tocar un día sus obras.
Adolescente… sí, como el propio romanticismo. Adolescente como sólo lo es ese dolor lastimero, autocomplaciente, desgarrado, que nos lleva a escribir poemas a una princesa de 16 años. Ese dolor idealizado e idealizante, que se siente por el mero gusto de padecerlo, de regodearse en él, un dolor visceral, irreflexivo, un dolor, en fin, profundamente egoísta y apasionado, como sólo lo son los adolescentes.
Quizás por ello, a la mayoría, Chopin se nos cura con el paso del tiempo. Pero siempre quedarán obras, como este nocturno, mi preferido, que nos recuerden por qué empezamos a tocar el piano. Son símbolos, son banderas, de las que quizás ya no estemos enamorados, pero a las que les somos fieles para siempre, como a las princesas de 16 años.
(La nostalgia ya no es lo que era…)
Actualización (13/09/09): A sugerencia de Ton petit cadavre he sustituido la interpretación de Lugansky por la de un pianista que, hasta ahora, no conocía, pero me ha sorprendido gratamente: Alexandre Moutouzkine.
Siento colarme en tu blog, pero me ha animado la coincidencia: has publicado este artículo justo ayer, y yo me he decidido hoy a investigar en Internet sobre mi nocturno favorito de Chopin. Prefiero como lo toca Weissenberg. Un saludo y enhorabuena por tu gusto.
No sé si debería saber quién eres. En cualquier caso, bienvenido al blog. Aquí está para que te cueles tú y quien quiera.
A mí tampoco me entusiasma esta versión de Lugansky, si te digo la verdad. Pero es lo mejor que me ha dado tiempo a encontrar en youtube. Estaba también la interpretación de Pollini, mejor que ésta sin duda, pero no tenía vídeo y en parte me gusta que se vea al pianista tocar. Creo que de cara a dar divulgación a estas piezas, resulta mucho más impactante ver a quien las interpreta. En cualquier caso, si encuentras un vídeo disponible de una versión mejor, ¡no dudes en enviarme el link!
Hola, te dejo cuatro enlaces para que elijas, a pesar de todo me gusta el primero. He leido que es el nocturno que toca Rachel en Blade Runner, y me gustaria que así fuera pero lo ignoro. Sobre lo divulgativo de ver al intérprete estoy de acuerdo, pero a veces es contraproducente…
http://es.youtube.com/watch?v=yvRBGAfHVXI
http://es.youtube.com/watch?v=igJDH_mdPYE
http://es.youtube.com/watch?v=fArZwQoO6Zo
http://es.youtube.com/watch?v=-atlmwaZV8c
adoro todos los nocturnos de Chopin, este es desgarrador , es como si chopin nos dijese que ya no puede mas, que esta al limite,me encanta hay un version de bolet muy linda.
saludos
[…] (los instrumentos protagonistas del Romanticismo por excelencia, basta con escuchar a Chopin), que realizaron giras internacionales y llenaron grandes auditorios para exhibir su increíble […]
[…] Nocturno Op.48, No.1 de Chopin. […]
[…] y dulce, pero en absoluto empalagosa o romanticona. En ese sentido, Prokofiev me parece el anti-Chopin: no idealiza lo que retrata, ni se revuelca gustosamente en la contemplación de su propio ombligo. […]
[…] más os puedo contar de Chopin o de los preludios que no hayamos comentado ya. Sin embargo, quería hablar de esta pieza por su […]