La Guerra Santa

Lo que llevó al islam y a la cristiandad a enfrentarse no fueron tanto sus diferencias como sus similitudes. En el mundo hay muchas religiones, pero casi todas son regionales, locales, étnicas o como uno quiera denominarlas. Sólo el cristianismo y el islam reclaman para sí la verdad universal. Los cristianos y los musulmanes son los únicos que afirman ser los afortunados destinatarios del mensaje definitivo de Dios a la humanidad, que tienen el deber, no de guardarlo egoístamente para sí mismos —como los judíos, los hindúes o los budistas— sino de propagarlo al resto del mundo, derribando cualquier obstáculo que encuentren en el camino.

Así que tenemos dos religiones con una percepción similar de sí mismas, una historia parecida, viviendo una al lado de la otra; el conflicto parece inevitable.

(Bernard Lewis, historiador, sobre los mitos acerca del Islam)

Gracias, hermanos Maristas

Yo estudié en un colegio de curas y no toqué un coño hasta los 17. Para entonces ya tenía claras tres cosas: que el sexo mueve el mundo, que Dios no existe y que la religión es una enfermedad mental.

(José A. Pérez, guionista, en su blog Mi Mesa Cojea)

Una mentira contada muchas veces

No sé si Dios existe, pero lo cierto es que insiste.

(Ramón Eder, escritor navarro, en su libro Ironías)

Documentales de Richard Dawkins

Aprovechando que el famoso biólogo y divulgador Richard Dawkins está en boca de todo el mundo últimamente, os traigo unos enlaces muy interesantes a unos documentales suyos que de un tiempo a esta parte viene recogiendo en su blog nuestro compañero Irreductible.

Todos ellos están subtitulados, algunos de forma más cutre que otros… pero bueno, se siguen bien. Altamente recomendables.

Y ya de paso comentar que me hace mucha gracia las presentaciones que suelen hacer de este señor. Hace unos días, un conocido me comentaba que la primera vez que lo vio por televisión en un programa de debate, le pareció muy curioso también por esta misma razón. Ya sabéis que cuando aparece alguien en televisión suelen colocarle el típico rótulo debajo que reza: «Fulanito de Tal, matemático»; o «Menganito de Tal, actor». Pues bien, cuando salió Richard Dawkins, según me contaba esta persona, ponía: «Richard Dawkins, ateo». ¡Toma ya! Toda su vida partiéndose los cuernos estudiando, enseñando, publicando y divulgando, para esto.

Lo mismo pude leer el otro día en ALT1040, en un artículo que reseñaba una de las muchas cartas «amistosas» que recibe Dawkins de parte de religiosos fanáticos. Sí, esos mismos que proclaman el amor por el prójimo, le escriben cartas deseándole que sufra en el infierno durante toda la eternidad (eso lo más cariñoso que le dicen). Lo que quería decir, que me desvío, es que en este artículo hacen lo mismo: «Richard Dawkins es un famoso ateo, escritor, etólogo y teórico evolutivo». Por lo menos, los chicos de ALT1040 ponen su profesión, pero en primer lugar «ateo», que no falte.

No sé vosotros, pero a mí, personalmente, si después de pegarme todos los años que me estoy pegando estudiando Telecomunicaciones y la carrera de clarinete me conocieran únicamente como «ateo», me tocaría un poco los…

Sentido común: el menos común de todos los sentidos

Una niña iraquí se entrega antes de cometer un atentado suicida. La niña tiene 13 años. Habéis leído bien: ¡TRECE años! Luego dirán que la moral surgen de la religión; luego dirán que la religión es ventajosa para el ser humano y que proporciona felicidad. Es posible, incluso probable, que los monstruos que le pusieron ese chaleco explosivo pensaron que le estaban haciendo un bien…

Pero lo mejor no es eso, no. Lo mejor es la interpretación de los estadonidenses. Ojo al dato:

Ahora, el mando militar estadounidense investigará si la niña fue obligada a cometer el atentado. «La información que tenemos es que la niña se acercó a los agentes de la policía iraquí diciendo que llevaba puesto un chaleco y que no quería explotar con él», declaró el teniente Russell. «Si fue obligada a ponerse el chaleco o si lo hizo voluntariamente es lo que estamos investigando», concluyó.

El portavoz estadounidense Jon Pendell ha interpretado la rendición de la niña como una «muestra de que las mujeres iraquíes entienden su importancia en la sociedad y el valor de la vida».

¿Investigación para ver si fue obligada? ¿Estamos de broma? Seguro que se puso ese chaleco para matarse en nombre de Dios, para disfrutar de vírgenes en el paraíso, no te jode… Y la última frase es para enmarcarla: ¿muestra de que las mujeres iraquíes entienden qué? ¡Maldita sea! Es una muestra de que ¡es una niña! que no comprende las supersticiones bárbaras de su sociedad. Por eso llegó asustada diciendo que no quería explotar con él.

Al menos, los redactores de PÚBLICO han tenido la decencia de llamarla «niña iraquí», y no otro calificativo grotesco como los que comentábamos en la anotación anterior de este blog.