Este coche no cumple las condiciones de contorno

El coche en cuestión

La nota informativa reza lo siguiente:

Este coche queda precintado en base a uno de los siguientes motivos:

  1. Tener permitividad relativa menor que 1.
  2. Fourier así lo ha discretizado.
  3. Point reference to inexistant address in line 8.
  4. Overflow in data buffer.
  5. No cumple las condiciones de contorno.
  6. Ha violado las leyes de Maxwell.
  7. Error 404 Driver not found.

(Visto en Las penas del Agente Smith se ahogan en violaciones de segmento)

Hablando de Ciencia en Madrid

Breve entrada para contaros que hoy, en Madrid, se estrena el primer documental de Hablando de Ciencia, titulado «Del mito a la razón» y dirigido, guionizado, inventado y criado, en general, por Rubén Lijó. Este verano, Rubén se puso en contacto conmigo para que le estropease un poquillo los guiones y, como recompensa, me ha pedido que mañana asista a la proyección y participe en una breve presentación durante la que se hablará de temas interesantes: divulgación científica, documentales, blogs, etcétera.

La proyección tendrá lugar hoy, viernes 25, a las 18:00, en el salón de actos de la Facultad de Informática de la Universidad Complutense de Madrid. No cobran entrada y regalan casi una hora de entretenimiento e interesante información. ¡No os lo perdáis!

Reflexionando, que es gerundio

Recupero algunas lecturas para esta tarde de sábado, algunas cosas que viene bien recordar el día de antes de unas elecciones generales:

Entendiendo la Ley D’Hondt

El artículo La Ley D’Hondt como nunca te la habían explicado antes, del blog Pseudolog.com, debería enseñarse en los colegios. La primera parte puede resultar un tanto farragosa de seguir si no se lee detenidamente. Por eso, he masticado y desgranado el artículo para vosotros y os ofrezco las principales conclusiones:

  • La Ley D’Hondt es, ni más ni menos, que el resultado de aplicar la Ley de la Oferta y la Demanda al reparto de escaños: esto es, busca un precio justo para «vender» todos los escaños disponibles.
  • Por tanto, todos los partidos pagan el mismo precio por sus escaños. Lo que ocurre es que, quien más recursos (votos en este caso) tiene, tiende a aprovecharlos mejor. Como resultado, a todos los partidos les sobran votos (a no ser que se dé la casualidad de que el número de votos sea múltiplo del precio del escaño), pero los partidos minoritarios tienden a desperdiciar muchos más votos.
  • Al dividir el número de escaños de cada partido entre el número de votos recibidos, parece que pagan más caros sus escaños, pero esto es falso: de nuevo, el precio del escaño es único, pero los partidos minoritarios les sobran más votos.
  • Estas desigualdades se ven agravadas cuando el sistema se basa en muchas pequeñas circunscripciones. Para que un sistema sea lo más proporcional posible, las circunscripciones deben ser grandes: un error de 1 escaño entre 300 es menor que entre 5.
  • Los errores cometidos con las circunscripciones actuales de ámbito provincial son enormes y, como consecuencia,
    • los partidos mayoritarios de ámbito estatal (léase PP y PSOE) son favorecidos.
    • los partidos minoritarios de ámbito estatal (léase IU, UPyD, etc.) son perjudicados.
    • los partidos que tienen su electorado concentrado en muy pocas provincias (léase: Nacionalistas) son los que acaban obteniendo una representación más proporcional al número de votantes.
  • En circunscripciones grandes, no tiene sentido hablar de voto estratégico. Pero, en las circunscripciones pequeñas actuales, y dado que hemos visto que los pequeños tienden a desaprovechar más votos, no sirve el «vota al PSOE para que no gane el PP» o «vota al PP para que no gane el PSOE», sino que es preferible estudiar qué alternativas están más cerca de alcanzar un nuevo escaño. Por tanto, el llamado voto útil, o voto estratégico, solo resulta verdaderamente útil si se destina a un partido pequeño al que se estime que le sobran muchos votos.
  • El voto en blanco, tal y como está implementado en nuestro sistema electoral, no refleja la intención de protesta del que hace uso de él sino más bien al contrario: favorece a los partidos más votados.
  • La abstención… ¿cómo os lo diría?… Puede que tú pases de la política, pero la política, lamentablemente, no va a pasar de ti.

Posibles soluciones

Como dice el autor del artículo, existen sistemas más equitativos, pero más complejos. Habitualmente se tiende a elegir sistemas más simples como la Ley D’Hondt porque un sistema no solo tiene que ser equitativo sino parecerlo. Al margen de esto, nuestra democracia ganaría enteros tan solo con modificar las circunscripciones:

  • Circunscripción única: Demasiado punky. La Ley D’Hondt funcionaría muy bien pero los partidos tenderían a centrarse en los grandes núcleos de población y a olvidar las zonas menos pobladas. Se puede argumentar que para la representación territorial ya está el Senado pero, poniendo los pies en el suelo y siendo realistas, el Senado sirve de más bien poco en este país…
  • Circunscripciónes autonómicas: Mucho más razonables y menos drástica que la anterior. El sistema sería más proporcional y aún así las comunidades autónomas no perderían todo el peso que ahora tienen.
  • Sistema Mixto: Se dividen los escaños del parlamento en 2 grupos. Los escaños de un grupo se reparten como hasta ahora mientras que los del otro grupo se reparten volviendo a computar todos los votos (o, quizá, tan sólo los desperdiciados) en una circunscripción única. Permitiría que los partidos grandes no viesen amenazada su supremacía y evitaría el desaprovechamiento sistemático de votos de los partidos minoritarios de ámbito estatal. Desde mi punto de vista es el sistema más razonable.

Y en cuanto al voto útil, si de verdad piensas en optar por ello y ceñirte a las matemáticas (con lo cual, puede que tengas que entregar tu voto a una ideología distinta a la tuya), en el blog #AritmEtica20N han hecho el análisis por ti y han creado una tabla que recoge, por provincias, los partidos a los que sería conveniente destinar el voto útil porque tienen más cerca el siguiente escaño (y, por tanto, es más probable que los grandes pierdan uno).

Principios y transparencia

Leo en Escolar.net un fragmento de la entrevista a Rosa Díez, número uno de UPyD, publicada ayer en El País:

Pregunta. UPyD propone la limitación de mandatos a dos legislaturas para los cargos públicos, pero usted lleva media vida ejerciendo cargos públicos.

Rosa Díez. Sí, pero no en este partido. En otro que no creía en la limitación de mandatos.

P. ¿Esta será entonces su última legislatura?

R. Me parece que me quedaría esta y otra, ¿no? Porque lo hemos aprobado ahora.

P. ¿Empezaría a contar ahora?

R. Creo que se interpreta así.

Hasta donde yo sé, los partidos no son —o no deberían ser— entes pensantes llenos de autómatas —los políticos— que se limitan a pastar (¿o sí?). Se supone que los políticos son personas con unos principios y unas ideas que se agrupan en función del nivel de concordancia. Bajo este supuesto y desechando por completo el primero (llamadme idealista…), las palabras de Rosa Díez suenan a una mezcla de aquella famosa frase de Groucho Marx, «Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros», y actitud de niñata en juego de patio de colegio: «Vale, regla nueva, pero empieza a contar desde ahora».

Y en este afán por caer bien a todo el mundo (pero sin dejar de chupar del frasco, claro está), llegan los temas escabrosos en los que posicionarte hace que inmediatamente pierdas un montón de simpatías. ¿La solución?, balones fuera:

Pregunta. No mencionaban la ley del aborto en su primer programa, el de 2008, y siguen sin hacerlo en este. ¿UPyD no tiene una postura en ese tema? ¿Hay distintas sensibilidades en el partido?

Rosa Díez. Tanto tenemos postura que hicimos una enmienda a la totalidad a la ley de 2010.

P. Pero no llevan una propuesta propia en el programa. ¿Cuál es su propuesta?

R. No nos parece que sea un tema que haya que llevar en el programa. No es urgente.

P. Si el PP deroga la ley actual y vuelve a la anterior, ¿UPyD votaría a favor?

R. No me pronuncio sobre hipótesis que no se han producido.

[…]

P. ¿Apoyaría el acercamiento de presos etarras a Euskadi?

R. Eso está en la ley. No apoyaré nada que no sea aplicación estricta de la ley.

Es curioso cómo en otros muchos temas, si la ley no se ajusta a sus ideas, los políticos en general no tienen absolutamente ningún problema en criticarla, modificarla o pisotearla si es menester. Sin embargo, cuando de lo que se trata es de mostrar las cartas sobre la mesa y de enfangarse hasta el cuello, la ley (y donde digo ley puede leerse Constitución también) es poco menos que palabra de Dios.

Ahora bien, la estrategia de no pronunciamiento es ya la versión pro de la de ceñirse a la ley. Siguiendo esa línea de actuación, bien podrían presentar un programa electoral en blanco y, a la pregunta de qué van a hacer si llegan al gobierno, utilizar la frasecita de marras: «No me pronuncio sobre hipótesis que no se han producido». No obstante, en este sentido Rosa Díez todavía tiene mucho que aprender del Partido Popular