Mucho he tardado en empezar a recomendaros a los grandes compositores para piano. Aunque la mayoría de los autores de los que hemos hablado hasta ahora tocasen el piano (si no todos), ciertos compositores, especialmente durante el Romanticismo y Postromanticismo, destacaron ante todo por su producción pianística. En esta categoría encaja sin duda Sergéi Rachmaninov, músico postromántico de origen ruso. Actualmente está considerado como uno de los piansitas más influyentes del siglo XX, pues no sólo se dedicó a la composición, sino que también desarrolló una gran carrera concertística como pianista y director.
Sus preludios son pequeñas piezas para piano. Como forma musical tienen su origen en el Barroco, cuando solían servir para introducir otra pieza musical y ayudaban al intérprete a calentar motores. Sin embargo con el paso del tiempo los preludios se convirtieron en auténticas piezas en sí mismas, pequeñas obras de arte como es el caso. Rachmaninov publicó tres cuadernos de preludios. Éste pertenece al segundo, el Op.23 y fue escrito en 1903.
El pianista del vídeo es Emil Gilels, un verdadero genio de la interpretación ruso, para variar. Como podréis observar se trata de una obra de gran dificultad. Rachmaninov era un gran virtuoso y muchas de sus obras se encuentran entre las más difíciles del repertorio para piano. Pero al margen de su dificultad técnica, estas piezas utilizan un lenguaje propio e inconfundible: Rachmaninov al piano es amplio, fuerte, poderoso, brillante… sin duda uno de mis compositores preferidos que espero que vosotros también disfrutéis.
Fantástico, y nada menos que con Gilels.
[…] primero me puse a reescuchar todo el repertorio que conocía de este compositor. Al final elegí uno de sus preludios, pero me costó bastante dejar en el tintero este maravilloso Concierto. Llevo un mes […]
[…] Rachmaninov escribió dos conjuntos de estudios para piano o “études-tableaux” (literalmente, estudios-cuadro). Cada uno describía alguna escena o situación, si bien Rachmaninov no especificó qué pretendía retratar. El opus 39 fue publicado en 1917. Rachmaninov acababa de estar investigando sobre la obra de su contemporáneo Alexander Scriabin, recientemente fallecido en 1915, para preparar un recital en su honor. Por ello, es probable que el estilo de Scriabin influyera notablemente a Rachmaninov cuando escribió este opus y quizás también por ello, es una de mis obras preferidas. […]
[…] Preludio Op.23, No.5 de Rachmaninov. […]
[…] Preludio Op.23, No.5 de Rachmaninov. […]
Sin dudas es Jesucristo reflejado en Emil Gilels interpretando esa obra.
Me gusta mas con Valentina Lisitsa… pero toca bien tambien él… son buenos los 2