Preludio Op.32, No.5 de Rachmaninov

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Como ya hemos hablado en otras ocasiones de Rachmaninov, hoy me centraré en la forma musical que nos ocupa: los preludios. Se trata de piezas cortas que, originalmente, introducían una pieza mayor, con el único fin de que el instrumentista calentase un poco y fuese dando paso a la tonalidad de la obra. Tanto es así, que muchos preludios ni siquiera se escribían, o no se escribían completos: era el intérprete el encargado de improvisarlos.

Sin embargo, estas pequeñas piezas terminaron por independizarse y en el periodo Romántico fueron muy cultivadas, especialmente por los pianistas, que veían en ellas la posibilidad de desarrollar distintos «carácteres» unitarios. Los preludios, por su simplicidad y corta duración, funcionan como elementos monosémicos, ejercicios en los que plasmar una faceta musical sin irse demasiado por las ramas. Se trataba además de un homenaje al abuelo sabio de todos los músicos, Johann Sebastian Bach, y al Libro Sagrado de todos los pianistas, El Clave Bien Temperado. En él, cada una de las 24 fugas de sus dos tomos está precedida por un preludio. En este sentido, no es una casualidad que Chopin, Debussy o Scriabin escribiesen, precisamente, 24 preludios. El caso de Rachmaninov es más peculiar: también escribió 24 preludios, pero distribuidos en distintos opus de manera poco ortodoxa. Los 10 preludios del Op.23 y los 13 del Op.32, suman 23. Sin embargo, existe un preludio más, Op.3 No.2, parte de un compendio titulado Cinco piezas de fantasía, que completa las dos docenas.

Hace un par de días, Luisao (a quien ya habréis visto por Halón Disparado), me mandó su particular visión contemporánea del preludio que hoy os presento, titulada Paper Moon. Reencarnado en nana y cantado en inglés, el «experimento» pierde el carácter etéreo, cristalino de su antepasado ruso (aún más etéreo y cristalino si lo interpreta una elfa como Valentina Lisitsa). El copo de nieve en la mejilla de Anna Karenina se muda a occidente, que hace menos frío. Pero también allí, la nueva versión sigue funcionando perfectamente, aprovechándose del carácter dulce y sencillo del preludio y lo sugerente de su melodía, para, al mismo tiempo, revelarnos cuánto de contemporáneo sigue habiendo en la música de Rachmaninov. Este vídeo recoge su actuación en directo en un concierto benéfico celebrado en Ávila por las víctimas de Haití.

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8 comentarios sobre “Preludio Op.32, No.5 de Rachmaninov

  1. No me llegas a decir que es de Rachmaninov y me pienso que es de Debussy!

    Por cierto, qué técnica más peculiar tiene la pájara esa.

  2. ¡Muchas gracias Almudena! Es un placer -y honor- asomar en vuestra web!! Una pena que el contra de Luismi no se escuche un pelín más -o menos la guitarra- porque el tío tiene un gusto acojonante!
    Saludos Enchufa2! Un placer!

  3. @Adri.: Supongo que sólo toca así este preludio, porque como utilice el mismo sistema para piezas más potentes… Pero vaya, queda hasta estético, parece que hay aire entre sus dedos y las teclas.

    @Luisao:
    Jeje, cada cual es el más crítico con su propio trabajo. No te preocupes, ya tendremos la ocasión de escuchar la versión de estudio

  4. […] presentamos el último proyecto musical de Luis Asiaín (o Luisao para a quien le suene de verlo por Enchufa2). Después de haber asistido a sus conciertos y haber esperado durante meses (que se nos hicieron […]

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