El director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, ha realizado una entrevista al líder de la oposición, Mariano Rajoy, como ya lo hiciera con Zapatero (primera parte, segunda parte).
En ella, Rajoy expresa su satisfacción por el trabajo de su partido estos cuatro años. Según dice, ha sido una legislatura complicada porque «ha habido debates durísimos de hasta 14 contra 1” (con los estatutos) en los que ha tenido que «defender en solitario lo que es la esencia de nuestro país». Que, digo yo, si eran 14 contra 1, a lo mejor no es la esencia de nuestro país lo de ese uno, ¿no? Prosigue afirmando que él no hubiera reformado ningún estatuto, y que el consenso lo rompieron cuando Zapatero llegó a un acuerdo con los partidos nacionalistas (catalanes, vascos, gallegos, se entiende) en lugar de pactar con el PP. Como dice él, «los dos partidos nacionales que son alternativa de gobierno» (PSOE y PP). Vamos, que deben pactar con ellos y a los demás que los parta un rayo.
En cuanto al tema de las negociaciones con ETA dice «no me opuse a que el señor Rodríguez Zapatero hablara con ETA, pero sí a que hablara de política con ETA». Y ¿de qué pretendía que hablara? ¿de qué habló Aznar en su día con ETA? ¿del tiempo? ¿de la jornada futbolística? ¿de cómo hacer una buena paella?
Después, Pedro J., en un alarde de lucidez pregunta que si las bombas han vuelto, «¿no habría que reconocer, dentro de su propia lógica, que eso significa que Zapatero no cedió en nada importante ante ETA?» A lo que Rajoy replica que lo de De Juana Chaos fue una concesión (¿no dejar que se muera?), el trato con Otegi, lo de ANV (¿eso no es tarea de los jueces?), y hablar del «derecho a decidir de los vascos» también. De lo que se extrae que, si mañana ETA reivindica alimento y comida para todos los vascos, hay que privarles de ello, puesto que lo contrario supone una concesión a ETA.
Ahora van a ilegalizar ANV. A ello se refiere cuando dice que «los últimos acontecimientos demuestran que la táctica, la estrategia o la conveniencia se ponen por delante de los principios», y también dice que Zapatero «cambia de criterio con demasiada facilidad». En lo primero, tiene razón, lo hace el PSOE y lo hace el PP. Lo segundo lo dice alguien que pertenece a un partido que primero habló con ETA y luego acusa de ello al gobierno, un partido que aprobó el canon y rechazó la clonación terapéutica y ahora recibe a la plataforma todoscontraelcanon y aprueba la clonación para la Comunidad Valenciana. En resumen, que también lo hacen ambos.
En el ámbito económico, acusa al PSOE de «inactividad». «Estamos sufriendo las consecuencias de su inacción». Sin embargo, nada dice de cómo superar esta supuesta «crisis económica».
Tocan el tema de Irak también, sobre el cual concluye que «es evidente que se cometió un error porque si hubiéramos sabido que no había Armas de Destrucción Masiva no habríamos apoyado la intervención». Apoyaron la intervención no sabiendo que no había armas de destrucción masiva, o lo que es lo mismo, sabiendo que podía o no podía haberlas. En consecuencia, no estaban seguros (¿eso no es mentir?), sin embargo fueron a Irak.
Para finalizar, hablan de la exclusión de Gallardón de las listas. «El PP ha actuado con cohesión. Yo he tomado las grandes decisiones oyendo a la gente», dice Rajoy. Parece pues que no ha oído, o no ha querido oír que el 41% de los españoles y un tercio de los votantes del PP señalan a Gallardón como el sucesor preferido. Y precisamente, de lo que más carece últimamente el PP es de cohesión.
[…] Segunda parte de la entrevista del director del diario EL MUNDO que ya adelantábamos ayer en este post. […]