Más mentiras

Promusicae denuncia que los jóvenes se sienten «impunes» al usar redes P2P. Ese es el título de un artículo que leí el otro día en EL PAÍS y que reitera lo que nos venimos tragando últimamente, cayendo de nuevo en los errores de siempre. Copio y pego los mejores fragmentos:

La música es la segunda opción de ocio para los jóvenes españoles pero el gasto en ella es mínimo, según concluye un estudio de GFK que acaba de ser presentado por la Asociación de Productores de Música Españoles (Promusicae), que ven en el control de Internet el principal objetivo para combatir la piratería.

[…] se refleja que los entrevistados prefieren la gratuidad de los sistemas de intercambio de archivos entre particulares (P2P) a la compra del CD, que es para ellos un soporte caro y obsoleto, o a las opciones legales en la Red, que prácticamente desconocen […]

El estudio destaca que los jóvenes «se sienten impunes» ante posibles castigos por intercambiar música protegida en las redes P2P. Sólo ven delito en las descargas relacionadas con actividades con ánimo de lucro, como la venta, y no tanto en la descarga personal.

Esta percepción se ve ratificada por algunas sentencias en España donde se ha considerado que no existe violación de los derechos de autor cuando el intercambio de música se hace entre dos particulares y sin ánimo de lucro, pues esta práctica estaría amparada por el derecho a la copia privada.

[…]

Guisasola ha insistido en la necesaria colaboración de las operadoras de telecomunicaciones y en la labor del Gobierno para denunciar que esta práctica es ilegal. «Cortar las libertades siempre es molesto, pero hay que proteger la cultura», ha concluido Guisasola.

Primero advierten que los jóvenes preferimos la gratuidad de los sistemas de intercambio de archivos, pero ¿por qué no hacen más caso de las siguientes observaciones, no menos importantes? Me refiero a que se considera el CD un soporte caro y obsoleto, y a que las opciones legales en la red son desconocidas. No sé, llamadme raro, pero a lo mejor tiene algo de culpa esto. A lo mejor el negocio de la música no ha evolucionado y no se ha adaptado a las nuevas tecnologías, como venimos repitiendo hasta la saciedad. No sé, yo lo dejo caer por enésima vez, porque parece que no se enteran todavía.

De lo que no sé si se enteran o es que no se quieren enterar es de la supuesta «ilegalidad» del intercambio de archivos. Supongo que lo saben perfectamente, pero juegan al despiste, y esto me cabrea. Siguen tachando al P2P, una y otra vez, una y otra vez, como ilegal; encima, consideran moral asuntos como el del canon digital. Pues no, señores, no traten de engañar con su discurso: el intercambio de archivos es LEGAL, pues está amparado por el derecho a la copia privada; y tratar a los usuarios de delincuentes haciéndoles pagar aunque no copien contenidos con copyright, esto es, el canon digital, es INMORAL (aunque legal, desgraciadamente).

Pero lo que me cabrea todavía más y me parece más serio y más grave, es que en un medio de información se permita semejante manipulación, y que se emitan semejantes declaraciones sin una severa corrección. Una cosa es que esos aprovechados mientan, y otra cosa es que se publique como si fuera verdad.

«Los jóvenes se sienten impunes […] Sólo ven delito en las descargas relacionadas con actividades con ánimo de lucro». Es que SÓLO EXISTE el delito en esos casos, y NO cuando se trata de copia privada. Después añade que «esta percepción se ve ratificada […]”. ¡¿Cómo que percepción?! No es ninguna percepción, maldita sea. ES REAL y es lo que hay, aunque no les guste. La prueba está en todas las sentencias que hay a favor y, por supuesto, EN LA LEY, que se la lean. ¿Por qué no aclara esto EL PAÍS? ¿Por qué mienten descaradamente?

Y a esto lo llaman «proteger la cultura»…

Charla de la SGAE, segunda parte

Para los que lleguéis tarde, aquí tenéis la primera parte. Y ahora al turrón. Nos habíamos quedado en el comienzo del turno de preguntas, tras terminar la charla en sí.

Mi primera pregunta (a la yugular, como no podía ser de otra manera), versaba sobre los llamados «recursos económicos» de la sociedad. En el artículo 81 del Título IV de los estatutos de la SGAE podéis leer de qué se componen estos recursos. Son de especial interés las letras f) y g) de dicho artículo (que recientemente, en 2006, fue modificado para reflejar estos puntos). Del primer punto, se desprende que los derechos cobrados por la SGAE cuyos autores no estén identificados pasarán a ser «recursos económicos» de dicha entidad una vez transcurridos 5 años sin ser reclamados. Actualmente, de los ejercicios anteriores a 2007, la sociedad acumula 180 millones de euros sin repartir. Mi pregunta, entonces, es obvia: «¿Qué se hace con este dinero cuando pasan los 5 años y se lo queda la SGAE?» Según Ignacio Casado, esto no es real puesto que ese dinero finalmente se reparte. Añade que lo máximo que él ha visto sin repartir ha sido 5 millones de euros -calderilla, no te jode-. De todas formas, dice que el 20% de ese dinero va para la Fundación y el resto se reparte entre los socios.

El caso es que yo he insistido: «Entonces, algo queda. Y no es poco precisamente. Por tanto, esto quiere decir que la SGAE está cobrando dinero que no le corresponde cobrar; bien por autores que no pertenecen a la entidad, derechos mal cobrados, obras con copyleft, etc.» Más balones fuera: que si los autores deben reclamarlo, que si la abuela fuma… Sobre esto, el punto g) del artículo antes mencionado, dice que los derechos cobrados de los cuales se conoce a los propietarios tienen un plazo de 15 años para reclamarlos. Es decir, que la SGAE no está obligada a llamar a tu puerta y darte tu dinero, sino que tienes que ir tú a reclamar, y si no… sí, amiguitos, se lo quedan.

Otro punto muy curioso que el ponente ha recalcado al menos un par de veces y podéis encontrar también en esta entrevista del Diario de Navarra: «Es importante saber que cuando se utilizan las obras, hay cinco años para poder identificarlas y reclamar esas utilizaciones. Así el autor tiene una garantía de cinco años para reclamar sus derechos, aunque todavía no esté dado de alto en la SGAE o no haya registrado sus obras». Vamos a analizarlo. Imaginad que tenéis una obra de la cual, por A o por B, no queréis cobrar derechos, o sí queréis pero no deseáis registraros en la SGAE. Entonces vuestra obra se reproduce, o se graba o lo que sea, y la sociedad de autores cobra por los derechos de vuestra obra. Como no estáis registrados, ese dinero figura como «no identificado», y a los 5 años se lo quedan si no os registráis en la SGAE y lo reclamáis. ¡Se están lucrando a vuestra costa! Y seguirán haciéndolo.

Por otro lado, ha dicho que, de ese dinero que se quedan, el 80% se reparte entre los autores. Sin embargo, él mismo admite que, de 91.000 socios, únicamente 31.000 perciben alguna remuneración. Eso se llama reparto equitativo y lo demás son tonterías.

Mi segunda pregunta ha sido: «¿No sería mejor que los derechos de autor, como tantos otros derechos que existen, fuesen gestionados por el Estado? Habría más transparencia y mayor control, porque al Gobierno lo elegimos entre todos, y en la SGAE, a parte del hecho ser una sociedad privada, el 90% de los socios no tienen ni voz ni voto». Aquí se ha lucido el señor Ignacio, esgrimiendo argumentos de peso (mosca): «No nos estamos inventando nada aquí, esto se hace así en todo el mundo desde siempre». Ah, bueno, siendo así me has convencido… Después le he mencionado las denuncias y críticas de más de 200 socios por supuestas irregularidades y le he recordado el historial de multas de la SGAE por retención irregular del pago de derechos.

Ahí ya se ha empezado a poner rojo y a levantar la voz ostensiblemente, increpándome que esos socios están expedientados por irregularidades en los programas. Ha sido en ese instante cuando otro señor, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha interrumpido al ponente para preguntarme si yo era alumno del Conservatorio, a lo cual he respondido que sí y se ha callado y ha dejado continuar. Tras esta última intervención, he intentado realizar otra pregunta y el otro caballero (perdonad, pero es que no le conozco personalmente) ávidamente ha concluido la charla «por falta de tiempo», cuando sólo habían transcurrido 15 minutos de preguntas, a lo sumo.

Con la perplejidad que todavía albergaba, me he acercado a ambos mientras el resto de la gente desalojaba el auditorio para averiguar por qué me había preguntado si yo pertenecía al Conservatorio: «no, porque esta charla no está abierta al público«. «¿Y por qué me lo pregunta a mí y no al resto de la sala?» -insisto yo, a lo que responde- «porque a los demás los conozco». Ya, seguro. En resumen, que intentaba echarme, pero le ha salido el tiro por la culata (por cierto, en ningún lugar ponía que fuera cerrada al público). Y ante tal imposibilidad, ha concluido la charla a marchas forzadas porque no le interesaba el cariz que estaba tomando el asunto.

Por eso los de la SGAE ya no acuden a debates, porque carecen de argumentos. Por eso, y porque pueden encontrarse a David Bravo.

¡Felicidades europeos!

Tal día como hoy hace 58 años, Robert Schuman, (entonces Ministro francés de Asuntos Exteriores) presentó la Declaración que lleva su nombre. Se trataba de una propuesta para crear una institución europea supranacional encargada de administrar el carbón y acero, materias primas básicas para cualquier potencia militar del momento. La iniciativa surgía de las ruinas de un contienente destrozado por dos Guerras Mundiales, cansado, dolorido y sobre todo, ansioso de paz. Hoy seguimos conservando esa paz con tanto esfuerzo construida y por eso, cada 9 de Mayo tenemos motivos de sobra para celebrar el Día de Europa, en recuerdo de aquel primer proyecto, verdadero germen de la actual Unión Europea, surgido en un momento crítico de la historia ante el impulso optimista y creador de unos pocos. Os dejo aquí la primera línea de la Declaración de Schuman y el Himno de la Alegría de la Sinfonía No.9 de Beethoven interpretada por Karajan. ¡Felicidades Europa!

«La paz mundial sólo puede salvaguardarse mediane esfuerzos creadores proporcionados a los peligros que la amenazan».

Charla de la SGAE, primera parte

Como ya anuncié el otro día, esta mañana ha tenido lugar una charla titulada “Gestión de derechos de autor de los creadores musicales”, a cargo de Ignacio Casado Casado, Delegado General de la SGAE Zona Norte. Yo he asistido y he salido contento: con tan sólo tres preguntas hechas con total corrección y respeto, he conseguido que hayan intentado echarme de la charla y, no pudiendo, la hayan terminado precipitadamente «por falta de tiempo». Ha quedado patente el carácter sectario que hace que sean la asociación más odiada de este país. Está claro que no tienen ninguna intención de entrar a debate ni de dar ningún tipo de explicaciones.

La charla ha durado una hora y media, más o menos. Ha comenzado hablando de la Ley de la Propiedad Intelectual. Primero un poco de historia: los derechos de autor nacen en la Revolución Francesa y en España no surge una ley en este sentido hasta 1879, ley que no es modificada hasta 1987; «tal vez por eso ocurre esto de la piratería y las descargas de Internet en España, porque estamos acostumbrados a que el 99% de las descargas sean gratuitas» –añade–. Primeras explicaciones, primeros pullazos indiscriminados y primeras mentiras, como podéis ver.

Después, ha pasado a explicar de qué se componen los derechos de autor: derecho moral, que no se paga con dinero, y por el cual el autor tiene potestad para decidir qué uso se le da a esa obra, si se puede modificar, etc.; y el derecho de explotación, que es el remunerado, por reproducción, distribución, comunicación y transformación de la obra. Aquí llegamos a un punto muy curioso, que coincide con una diapositiva que ha pasado muy rápidamente y no me ha dado tiempo a leer (no sé por qué). Se trataba de los casos que no requieren autorización del autor (aviso que no está completo, porque no me ha dado tiempo):

  • Reproducción para dejar constancia de procedimientos judiciales.
  • Obras musicales para actos oficiales del Estado o para actos religiosos.
  • Cuando existe parodia.
  • ¿? [No he llegado a ver el cuarto punto]

El caso es que tú, como autor de una obra musical, puedes negarte a que (por ejemplo) un determinado partido político la use para autopromocionarse, y serás compensado y tu obra retirada. Sin embargo, si tu obra es usada en actos oficiales del Estado o religiosos, no puedes hacer nada. Probablemente te pagarán, pero ese derecho moral inviolable y defendido tan a capa y espada, simplemente se esfuma en esos casos.

Tras esto, ha pasado a hablar de las entidades de gestión y de la SGAE en particular. Ha hecho hincapié constantemente en lo equitativo del reparto, en la transparencia y la auditoría constante de las cuentas, en «una sociedad formada por los autores para los autores», etc. Todo muy bonito, maravilloso, el mundo es perfecto y Heidi pasa canturreando: «qué buenos somos y qué cabrones los demás», en definitiva… Otra cosa que tengo apuntada por aquí es que la SGAE destina el 15% de los cobros a labores administrativas. Según el ponente, esta sociedad es por ello la más barata (recordemos que su última recaudación ha sido de 400 millones de euros, por lo que en adminstración habrán gastado unos 60 millones de euros; barata, barata).

Ha terminado la exposición a las 12:30 h. más o menos, y ha comenzado el turno de preguntas. Sólo deciros que a las 12:45 h. yo ya estaba en clase, no os digo más. Tenía un montón de datos preparados para ser expuestos y escuchar las pertinentes explicaciones, pero sólo me han dado tiempo a tres preguntas. En el próximo post os desgloso mis preguntas y las respectivas respuestas (o, más bien, los respectivos «balones fuera» con los que me he topado), y también os cuento cómo han intentado echarme y cómo se ha terminado precipitadamente el turno de preguntas.

La SGAE en el Conservatorio Superior de Navarra

Sí, amiguitos. Se ve que están en horas bajas (de credibilidad, se entiende, porque de pasta…) y tienen que salir de su madriguera para captar nuevos miembros de su particular secta. Acabo de ver un cartelón colgado en el tablón de anuncios del conservatorio donde estudio, el Conservatorio Superior de Navarra, donde se anuncia una conferencia titulada «Gestión de derechos de autor de los creadores musicales», a cargo de Ignacio Casado Casado, Delegado General de la SGAE Zona Norte. La charla tendrá lugar en el auditorio de dicho centro, situado en la C/ Aoiz (Pamplona), el próximo viernes 9 de Mayo a las 11:00 h.

Probablemente me acerque para escuchar, por curiosidad, por si dice muchas gilipolleces o muchísimas. Y, si se da el caso, meter baza y poner los puntos sobre las íes. Pero para eso tendré que ir documentado y no tengo mucho tiempo últimamente, así que os pido ayuda. Os agradeceré enormemente los enlaces que podáis reportarme con información y datos.

Y ya de paso, decidme, ¿qué le preguntaríais/diríais/criticaríais a alguien de la SGAE si tuvierais ocasión?