La cruzada de las librerías

Últimamente estoy leyendo el libro «El espejismo de Dios», de Richard Dawkins. De hecho, ya he dejado algunas citas interesantes del mismo en posts anteriores. Por ello, me he alegrado al encontrarme en el blog A BORDO DEL «OTTO NEURATH» con una anotación que reseña un artículo en PDF escrito por el autor de dicho blog, Jesús Zamora. El artículo lleva por título «La cruzada de las librerías», y en él se discuten el libro de Richard Dawkins, el de Hans Küng, «El principio de todas las cosas», y el de Karen Armstrong, «La gran transformación».

Precisamente a través de este artículo me he enterado, indignado, de un par de cosas que ignoraba y que… ¡manda huevos!

  • ¿Sabíais que el artículo 523 del Código Penal español recoge penas de prisión de hasta 6 años a quien «interrumpiere o perturbare» ceremonias o «manifestaciones» religiosas?
  • ¿Sabíais que en cierto estado de los EEUU es obligatorio etiquetar los libros de biología con la indicación de que la teoría de la evolución darwiniana es «sólo una hipótesis entre otras», como si de una vulgar cajetilla de tabaco se tratara?

Otro poder divino: la censura de libros

Y es que la Congregación para la Doctrina de la Fe en España (ex Santo Oficio de la Inquisición) prepara una notificación de censura para frenar la difusión de un libro titulado Jesús. Aproximación histórica (editorial PPC). Según el obispo de Tarazona, Demetrio Fernández González, el Jesús de la historia (de ese libro) no es «el Jesús de la fe». Que por supuesto es el auténtico y verdadero ¡cómo no! La carta del obispo no tiene desperdicio.

Otro ejemplo de los privilegios que sigue teniendo la Iglesia: no se puede opinar, no se puede argumentar, no se puede dudar de su doctrina, pues estarás «confundiendo a los fieles» dicen. Ya no que no pueda hacerlo un cualquiera, pues el autor del libro no lo es: se llama José Antonio Pagola, estudió Teología y Ciencias Bíblicas en la Universidad Gregoriana de Roma, en el Instituto Bíblico Romano y en la École Biblique de Jerusalén, y desempeñó el cargo de vicario general de la diócesis de San Sebastián, de la mano del obispo José María Setién. Ahí es nada.

La noticia sale en EL PAÍS, y hay un interesante artículo escrito por Jesús Zamora, del blog A BORDO DEL «OTTO NEURATH» del que he extraído este pasaje:

La conclusión principal que se saca sobre mi tocayo más famoso [Jesús] y (algunos de) sus primeros discípulos es que, sin negarles el extraordinario carisma que debían tener (como Mahoma, Napoleón, Lutero, Hitler, los Beatles, las Spice Girs, o Tom Cruise, sin abusar de la comparación), en el fondo eran unos «grillaos» que estaban absolutamente convencidos de que el fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina (a no más allá de treinta o cuarenta años vista), y que proponían un ideal de renuncia y amor mutuo como instrumento para coger buen sitio en el apocalipsis (no por otro motivo).

También merece mención el final del post:

Y, siguiendo con la cosa episcopal: dice Rajoy que él «nunca se enfrentará a los obispos»; ¿alguien lo dudaba? Tampoco Bush se enfrentará nunca con los fabricantes de armas, ni Paco Camps con los presidentes de las constructoras.

Vámonos a quemar iglesias, anda…

Leo cada día la prensa -miento, cada dos días que Google Reader se encarga de penalizar con cientos y cientos de noticias por sesión- y me abruma la cantidad de noticias que ponen en evidencia el carácter de la Santa Iglesia Católica Apostólica y muy especialmente, del clero español. No hay día de la semana que se libre de alguna obispada y cuando los súbditos de Rouco deciden echarse la siesta, siempre hay hueco entre las páginas de EL PAÍS para alguna monja pedófila u otra barbaridad parecida desde los confines de la cristiandad.

Esta vez, dos joyas. La primera desde la mismísima cuna del cristinismo: Rouco predica desde Roma contra la fecundación in vitro y, en general, cualquier forma de reproducción que no pase por meterse en la cama con las luces apagadas y fornicar con el legítimo cónyuge, a ser posible sin disfrutar demasiado, que también es pecado.

El discurso empleado, claro, es el mismo para combatir el aborto: que si los embriones son personas, que la vida humana es sagrada desde su mismísima concepción etc. Pero si bien en el caso del aborto, dicho discurso tiene una causa «real» por decirlo de alguna manera (desde el punto de vista católico defienden la vida existente como lo es el mismo embarazo del no-nato), en el caso de la reproducción asistida sin embargo, tanto… puritanismo se cae por su propio peso. El Papa niega a las personas la posibilidad de combatir su esterilidad, en virtud de la supuesta dignidad de una «persona» que, de no practicarse la fecundación in vitro, ni siquiera existe. Ya no defiende la «vida» de nadie, si no que, en primer término niega la posibilidad de crear esa «vida» pretendiendo así defender su dignidad. Si no fuese tremendamente retorcido, creería posible emparentar su discurso con el de los defensores de la eutanasia. Pero supongo que en el fondo, su discurso es consecuente con su credo que, igual que hace más de 2000 años, sigue defendiendo que Dios es el único capaz de dar la vida, milagro por antonomasia de la Creación. Adoremos por ello al embrión, fruto Sagrado de su Santísima Sabiduría -hago notar la ironía-.

La otra joyita is made in Spain ¡oh yeah!. Y no seré la última que hable de la dichosa nota electoral. Quizás lo más expresivo sería un lacónico «sin comentarios», pero leo más y más comentarios de prelados o políticos y me desespero, me tiro de los pelos, me repateo… ¡Aah! Iñaki me mira divertido y propone: «¡vamos a quemar iglesias, anda!» y quizás sea la mejor solución, porque llevo un buen rato dándole vueltas al asunto y no le veo ninguna otra. Pero sarcasmo aparte, planteo… cómo es posible a estas alturas que… ¡¡cómo es posible a estas alturas!! a secas. Una cosa es que un obispo, cura o derivado, a título personal y de forma más bien discreta le comente a sus colegas que va a votar al PP y otra muy distinta que la CEE de forma oficial ¡empiece a hacer campaña electoral! Como si fuese de buen cristiano votar al PP porque así lo dicen Las Escrituras (que por otra parte, parece que es lo que algunos vienen a decir). Si aceptásemos en primer lugar que el aborto o el matrimonio gay (bueno, y ahora incluso el diálogo con ETA), no son compatibles con la doctrina católica, la labor del obispado sería convencer a sus fieles de que no reliacen dichas prácticas, pero no veo por qué un buen católico no puede llegar a entender que su vecina sea libre de casarse con quien quiera o de tener los hijos que quiera. Es como si… ahora a los curas les diese por predicar contra el matrimonio civil ya que un buen católico debe casarse por la Iglesia, y pretendiesen que su rebaño se movilizara para prohibirlo por ley. ¡¡No tiene ni pies ni cabeza!!

Oleada Creacionista

Recientemente se ha producido bastante movimiento de «pseudocientíficos» creacionistas que defienden el Diseño Inteligente, intentando (sin conseguirlo) ser científicos en sus pobres argumentos y encubriendo lo que realmente quieren malmeter.

Mucho se ha hablado en muchos sitios a lo largo y ancho de la red, así que resulta innecesario que vuelva a arremeter contra algo que se cae por su propio peso. Mejor voy a hacer una recopilación de lo mejor que he leído por ahí estos días.

Para los que anden despistados, pueden seguir la historia completa a través de la bitácora de Javier Armentia en los siguientes enlaces:

  1. Diseño No Demasiado Inteligente (08/01/08)
  2. Más sobre la oleada creacionista (10/01/08)
  3. Creacionistas de libro (12/01/08)

Si ya conocéis de qué va la historia, os recomiendo encarecidamente que leáis estos enlaces, los cuales provocarán amplios ardores de estómagos creacionistas:

Lo que pasó realmente

(¡Gracias a Kelzo!)