Diario Malaspina: días 20-21

Carta de su Majestad el Rey Neptuno al Hespérides.

Un año más estoy enojado por la osadía de algunos neófitos que intentan cruzar el Ecuador de mis mares sin ser bautizados, sin pagar tributo y sin rendir pleitesía.

Debería descargar sobre ellos toda mi furia, pero en lugar de ello voy a dar muestra de mi benevolencia y por eso anuncio que el próximo sábado día 1 a las 11 de la mañana, tomaré el mando de mi querido Hespérides, con el beneplácito de mi viejo amigo el Comandante, para que todos aquellos neófitos que voluntariamente pasen unas pruebas puedan ser bautizados y así poder proseguir la travesía y aplacar mi terrible ira y obtener mi gracia, todo ello acompañador por mis ninfas, verdugos y negros, y de ricos sabrosos manjares.

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Diario Malaspina: días 17-19

Estos han sido días intensos. El 31 despedimos el año y a una botella Niskin que decidió emanciparse de la roseta para conocer el fondo del Atlántico. También dieron problemas la Multinet, los bongos (unas redes sobre una estructura circular que se lanzan por parejas), Luana (nuestra científica brasileña) se torció un tobillo y al jefe se le rompió una uña. Sólo una pequeña parte de estos “accidentes” se debieron a las corrientes ecuatoriales que ejercieron demasiada presión sobre las redes y dificultaron casi todas las maniobras. En fin, un día accidentado como poco que, sin duda, augura un nuevo año libre de incidencias.

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Diario Malaspina: días 15-16

Gracias a la feliz rehabilitación de la roseta (y pese a las bromas que podamos gastaros), por fin se ha establecido una rutina estable y predecible en el barco. Son grandes noticias: significa que todo el mundo tiene por fin trabajo, cada cual puede hacer lo que había venido a hacer. Pero también significa que el tiempo se va volviendo poco a poco más estanco: aquí no hay pausas, días de descanso, ni hitos temporales. Los domingos se estrenan a las 5 de la madrugada, exactamente igual que cualquier miércoles.

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Diario Malaspina: días 12-14

En el Hespérides pueden viajar un total de 97 personas. Confiando en la estadística y suponiendo que la tasa de natalidad sea homogénea a lo largo del año, podemos estimar que en un mes se celebran a bordo un total de 8 cumpleaños, aproximadamente: uno cada 4 días. Por eso, precisamente, no se pueden “celebrar”: no con confeti y piñata, al menos y tampoco de forma “exclusiva”.

Sin embargo, sí se prevé que haya tartas heladas a bordo, para que los que completan su vuelta alrededor del sol puedan disfrutar de una merienda especial, por lo menos. Además, se agrupan todos los cumpleaños del mes, por categorías, en torno a una sola fecha (o dos, como mucho).

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Diario Malaspina: días 9-11

Es curioso cómo un espacio tan aparentemente frío como un buque se puede ir convirtiendo en un lugar “habitable” según pasan los días y lo vamos haciendo nuestro. En sólo una semana, ya se han consolidado lugares y rutinas, tradiciones a pequeña escala: en la sala de oficiales suenan las guitarras cada noche.

Mateo, el médico del Hespérides, dirige la coral de villancicos. El espumillón ha conquistado los laboratorios. Siempre hay música en cada sala y en cada camarote. Ayer nos terminamos el calendario de adviento que colgaron las tres chicas de contaminantes: Laura, Belén y Gemma, aunque todos las conocemos como los ángeles de Charlie o las Supernenas. Gerardo de biogeoquímica y su gorro de Papá Noel con luces. Tantas otras cosas que no sabría enumerar, etcétera.

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