Abro Twitter un día cualquiera y cientos de tweets de todos los usuarios a los que sigo abarrotan mi timeline. Responder a la pregunta «de qué están hablando mis seguidos en Twitter» en ese momento requiere una inversión de tiempo que en muchas ocasiones no estoy dispuesto a realizar.
Bajo esta premisa, derivada de una idea del tito Rinze (¡gracias!), nace TweetInsight, una aplicación web que quiere facilitarte ese primer contacto con Twitter tras horas sin acceder al mismo:
Descubre de qué están hablando tus contactos de Twitter. TweetInsight obvia los tweets que no contienen hashtags o enlaces y va directamente a lo importante. Analiza tu timeline y proporciona un resumen de los trending topics no ya de tu lengua o tu país, sino de lo que te interesa: de las personas a las que sigues.
Encuentra los #hashtags más twiteados. En una primera sección, encontrarás los hashtags presentes en la última hora* de tu timeline ordenados de más a menos apariciones. Por cada hashtag, además, podrás ver y acceder a los tweets que lo contienen.
Échale un vistazo a las URLs compartidas por tus contactos de Twitter. En segundo lugar, podrás encontrar los enlaces compartidos por tus contactos. Pero sabemos que el enlace acortado (del tipo «bit.ly/xxxxxx») no te dice nada, por eso TweetInsight trata de mostrarte información de cada uno: enlace real sin acortar, título, descripción, imágenes y, por supuesto, tweets en los que está presente.
* La cantidad de tiempo a analizar es configurable dentro de las restricciones que impone la propia API de Twitter. Cada llamada recupera un máximo de 200 tweets, los cuales pueden suponer 5 minutos o 50 horas dependiendo de a cuántos usuarios sigas y la actividad que tengan.
¡Ya está aquí, ya llegó! El segundo número de la revista Amazings por fin ha salido a la venta. No la encontrarán, eso sí, en su kiosko: como en el caso del primer número, la adquisición deberá realizarse a través de Lánzanos, la web para proyectos de crowdfunding.
No varían tampoco las características de la revista: alrededor de 100 páginas a todo color, con artículos de algunos de los mejores divulgadores de Amazings. Y también siguen siendo las mismas las condiciones de compra, que encontraréis detalladas en la página de Lánzanos (alrededor de 9€, envío incluido, a pagar mediante PayPal o con tarjeta de crédito).
Sólo hay dos cambios que destacaré en esta ocasión:
A diferencia del número 1, cuyos ejemplares se agotaron y distribuyeron tras alcanzar el 150% de la financiación necesaria, aún están a tiempo de conseguir un tomo del número 2. O mejor, varios, si prevén enriquecerse especulando dentro de algún tiempo en el mercado negro.
Además de 9 artículos apasionantes que aún no he tenido el placer de leer, podrán disfrutar de un capítulo sobre música y neurología que he yo misma he escrito e ilustrado. Por qué a tu cerebro le gusta la armonía trata de desentrañar la relación existente entre la física del sonido, nuestro sistema perceptivo y ciertos rasgos musicales presentes en diferentes culturas y, muy especialmente, en la tradición occidental. O, como cuenta Daniel J. Levitin en Tu cerebro y la música,
Los sistemas tonales, las transiciones de altura y los acordes se apoyan sobre ciertas propiedades del sistema auditivo que son producto, a su vez, del mundo físico, de la naturaleza intrínseca de los objetos vibratorios.
Dos de mis ilustraciones para el artículo de la revista Amazings.
Si os gustaron las entradas sobre Música y matemáticas, os recomiendo leer este nuevo capítulo, desarrollado esta vez sin reestricciones de espacio para adentrarse con más detalle en las características del sistema auditivo.
Si no, aún tenéis otros 9 grandes motivos para adquirir la revista: los artículos de Paco Bellido, Julián Palacios, José A. Prado-Bassas, Esther Samper, Pere Estupinyà, Miguel Santander, Xurxo Mariño, Antonio José Osuna y Arturo Quirantes. No te los pierdas. ;-)
(Esta anotación se publica simultáneamente en Amazings.es)
Siempre me sorprendo de lo extendida y aceptada que está la errónea explicación que le atribuye al fenómeno de la resonancia el mérito de ser el principio físico de funcionamiento de los hornos microondas, ya sea en la sabiduría popular como entre los propios físicos. Dicha explicación sostiene que la frecuencia de trabajo de estos aparatos (2,45 GHz) está especialmente escogida por su proximidad con la supuesta frecuencia natural del agua. Debido a esto, las moléculas de agua entrarían en resonancia absorbiendo mucha más energía de la que obtendrían a otras frecuencias. Puede que precisamente aquí se halle uno de los orígenes del miedo a muchas de las tecnologías inalámbricas que utilizan bandas de frecuencias coincidentes o adyacentes (véase WiFi, Bluetooth, móviles, etc.). Nada más lejos de la realidad.
Lo cierto es que la elección de la frecuencia de trabajo no es casual, así en el caso de los hornos microondas como en dichas tecnologías de comunicaciones. Sin embargo, la razón subyacente no tiene nada que ver con la excitabilidad del agua; es más simple. Como sabréis, el reparto del espectro electromagnético está regulado y, en general, se requiere el pago de licencias para su aprovechamiento. No obstante, existen ciertas bandas de frecuencias llamadas ISM (Industrial, Scientific and Medical) que no requieren licencia: cualquiera puede emitir en ellas respetando unos límites. Esto ha hecho que se encuentren saturadas de aplicaciones que se molestan mutuamente.
La elección de frecuencias ISM responde, por tanto, a su gratuidad. La utilización en concreto de la banda de 2,4 GHz, y no otra, en comunicaciones responde a un compromiso: por un lado, en frecuencias más altas se dispone de mayor ancho de banda (caben más datos, a más velocidad) y las antenas son más pequeñas; por otro lado, a medida que aumenta la frecuencia, se encarece el equipamiento para generarla. En el caso de los hornos microondas, el compromiso es similar: a mayor frecuencia, más energética es la radiación y más calentará, pero tampoco queremos que los electrodomésticos se disparen de precio.
Fig.1: Ejemplo de vibración de una molécula de agua
El funcionamiento de un horno microondas se basa en la vibración de las moléculas de agua al ser excitadas por un campo electromagnético debido a que se trata de una molécula polar. Cualquier onda electromagnética aporta energía al medio por el que se propaga, pero, en el caso del agua, se acentúa este aporte a causa de esta vibración. No obstante, hay frecuencias mucho más adecuadas para perseguir ese propósito. Esto se aprecia muy bien en los diagramas de absorción en función de la frecuencia y el medio: es decir, la energía que pierde la radiación (y que gana el medio, que se calienta) a diferentes frecuencias.
En la figura 2 se aprecian sendas curvas para el oxígeno (línea continua) y el agua (línea discontinua). Se ve claramente que la frecuencia de 2,4 GHz no es nada especial en cuanto al calentamiento del agua se refiere (y hay que tener en cuenta que esta curva se corresponde con el vapor de agua: para agua líquida, los valores de absorción son menores). Sí que hay picos de absorción (frecuencias de resonancia, podríamos llamar), pero son tan lejanos que se sitúan por encima de los 100 GHz.
Fig. 2: Curvas de absorción para el vapor de agua y el oxígeno
La capacidad de calentamiento se sustenta, por tanto, en la potencia. Potencia, potencia y potencia dentro de una cavidad que hace rebotar las ondas una y otra vez. Así, cualquier frecuencia es capaz de cocinar alimentos. De hecho, el primer microondas utilizaba radiofrecuencia en el rango de los 10-20 MHz.
No es el primer vídeo que traemos por aquí de este pedazo de músico australiano especialista en hacer música con boquillas de clarinete y saxofón y cualquier tipo de tubo que caiga en sus manos: Linsey Pollak. Esta vez, presenta un sucedáneo de clarinete contrabajo que ha tenido a bien llamar, dado su aspecto, Mr. Curly. No menos sorprendente resulta el virtuosismo que consigue nada más y nada menos que con un plumero.