Como reza el dicho, el resfriado dura siete días con tratamiento y una semana sin él. Esto es así porque existen dos formas, que conozcamos, de eliminar un virus: 1) destruirlo cuando se encuentra aislado o 2) cargarse toda una célula cuando esta ya ha sido infectada. Lo primero es bastante inútil cuando la infección se ha producido, que es, por otra parte, cuando detectamos que alguien está enfermo. Como mucho, entiendo, podría realizar labores de contención [comentario de expertos requerido]. En cuanto a lo segundo, no olvidemos que las células infectadas son las nuestras, por lo que matar demasiadas resultaría contraproducente. Es por ello que, ante virus no muy peligrosos como una gripe o un resfriado, lo ideal es dejar que el propio cuerpo se encargue de reparar el daño. Como mucho le podemos echar una mano en la labor de paliar los síntomas.
Sin embargo, esto puede cambiar en vista de los resultados de un estudio del Laboratory of Molecular Biology de Cambridge. Dicho estudio, que será publicado esta semana, muestra que las células poseen un mecanismo de defensa intracelular capaz de atacar a los virus una vez que estos han entrado en ellas. Y no sólo esto, sino que además este mecanismo puede estimularse externamente.
El mecanismo de defensa se basa en una proteína generada por nuestro cuerpo llamada TRIM21. Cuando un virus circula libre por el torrente sanguíneo, los anticuerpos de nuestro sistema inmune se adhieren a él y lo acompañan hasta el interior de la célula infectada. En ese momento, la proteína TRIM21 reconoce el anticuerpo y da el aviso de que existe un intruso adherido al mismo. De esta manera, esta proteína actúa como disparador de los mecanismos de defensa intracelulares, los cuales pueden destruirlo en una o dos horas: mucho antes de que el virus consiga hacerse con el control de la célula.
Los investigadores sugieren que la proteína TRIM21 podría administrarse en forma de medicamento para reforzar la respuesta intracelular y destruir el virus desde dentro dejando células sanas y funcionales. Hasta ahora sólo han realizado pruebas con cultivos, pero están seguros de que este tipo de medicina servirá en un futuro para curar no sólo resfriados y gripes, sino también otras muchas enfermedades provocadas por virus.
(Vía: Popular Science)