Recientemente tuve la suerte de asistir al Concierto Fin de Carrera del excelente pianista (y mejor amigo), Carlos Guerrero Luceno. En la segunda parte del mismo, nos sorprendió con la última sonata de El Maestro de Maestros.
No me extenderé mucho sobre Ludwig, a quien, sin duda, todos conocéis. Desde mi punto de vista es el mejor músico de la historia (si tal comparación fuese posible), sólo equiparable a Bach, quizás. Su música no sólo es emocionante y efectiva, constituye todo un monumento intelectual, un alarde de inteligencia y genialidad. Pero, ante todo, Beethoven ha pasado a la historia por su gran aportación al desarrollo de la música occidental. Tuvo un papel clave en la transición del Clasicismo al Romanticismo: Beethoven desarrolló el lenguaje armónico, amplió y flexibilizó las formas musicales, fue el Maestro indiscutible de la Sinfonía, el mejor de los músicos formales que inspiró también el desarrollo de la música programática del XIX…
Lo que no sabía yo es que Beethoven fuese también el inventor del swing: estad atentos al minuto 6’56», parece un pasaje anacrónico, como si una partitura del siglo XX se hubiese colado entre los papeles del Maestro. Me ha hecho darle vueltas a la idea del «platonismo musical» del que suele hablar Jesús Zamora. El vídeo muestra una interpretación del segundo movimiento de la Sonata No.32 de Beethoven. No dispongo de la interpretación de Carlos Guerrero, así que tendremos que conformarnos con la de Claudio Arrau, que tampoco está nada mal. Os recomiendo que le prestéis también la oreja al primer movimiento.
Parece poseído por Art Tatum entre tanto boogie y straight piano :-)
¿Qué he hecho yo tanto tiempo sin conocer este blog?
[…] revolucionarias en esta pieza, de ahí el nombre. También he leído que Chopin se inspiró en la última sonata de Beethoven para escribirlo. Desde luego, ambas son piezas contundentes, llenas de heroicismo y fuerza. No […]