«Poco tienen que ver con la ciencia buena parte de los apocalípticos climáticos. Lo suyo es otra cosa se parece más bien a una nueva religión que condena a la hoguera en la plaza pública aquellos que osen poner en cuestión sus tesis.»
José María Aznar, otro primo de Rajoy durante la presentación del libro Planeta azul (no verde) de Vaclav Klaus. Existen embaucadores, verdaderos canallas de la palabra, tan capaces de declarar una guerra en nombre de la paz, como de oponerse a luchar contra el cambio climático en pro del ecologismo.
Sin embargo, Aznar no es el único que piensa que el planeta debe esperar mientras encontramos la forma de seguir explotándolo crecientemente. Ante este curioso orden de prioridades, cómo no acordarse de aquella escena de «Una verdad incómoda» —sí, esa película de Al Gore de la que salió todo el cuento del calentamiento global— en que el planeta pendía de uno de los brazos de una balanza, frente al otro cargado de dinero.
Hay gente que todavía no se ha dado cuenta, pero hemos estado en manos de un inconsciente durante ocho años. Con esto no quiero decir que ahora no estemos en manos de un inconsciente también. Pero es que viendo algunas manifestaciones y actuaciones de este ex-presidente queda corroborado que hemos estado en manos de un inconsciente… o algo peor…