Mejora de conciencia

Un pasaje del libro El espejismo de Dios, de Richard Dawkins. Pertenece al capítulo 9, titulado Infancia, abuso y la fuga de la religión.

Ahora quiero mejorar la conciencia de otra forma. Creo que todos deberíamos hacer una mueca de dolor cuando oímos que un niño pequeño es etiquetado como perteneciente a una religión particular o a otra. Los niños pequeños son demasiado jóvenes como para decidir sus puntos de vista sobre los orígenes del Cosmos, sobre la vida y sobre la moral. El propio sonido de la frase «niño cristiano» o «niño musulmán» nos debería dar tanta dentera como las uñas arañando una pizarra.

¿Por qué no permitimos –pues convendréis conmigo en que es totalmente absurdo– que a los niños se les asignen atributos tales como «niño de izquierdas», «niño de derechas», «niño existencialista» o… «niño neokantista» (¡?), y, en cambio, vemos perfectamente normales las expresiones «niño cristiano» o «niño musulmán»? Otro ejemplo más del privilegio absurdo con el que cuentan las religiones.

Tratar de imponer la creencia en la religión es tan arrogante como tratar de imponer la creencia en la ciencia, o en cualquier otra cosa. Es deber de los padres el proporcionar a sus hijos una educación lo más abierta posible independientemente de sus propias creencias. Más adelante, será ese niño el que, con todas las cartas en la mano, forjará su pensamiento y decidirá en qué cree y en qué no.

7 comentarios sobre “Mejora de conciencia

  1. Claro, pero entonces las religiones se quedarían sin clientes. La idea de dios, o al menos de un dios en concreto no es innata. No se puede llegar a ella por cuenta propia. La tendencia a mitificar y encontrar el «sentido de las cosas», el misticismo o deísmo, vaya, es otra cuestión. Pero nadie puede llegar a decir «creo en Cristo», si no se le ha educado en esa creencia.
    Todo negocio tiende a autoprotegerse. Será por ello que el catolicismo hace jurar a sus fieles ante el altar, que educarán a sus futuros hijos en el cristianismo.

  2. Es lo que dice Almudena, si se dejara elegir a los niños, cuando sean mayores, lo que consideren más adecuado, lógico o convincente… seguramente serían áteos o agnósticos. Si no se introduce el lavado de cerebro (o tradición cultural, en plan positivo) desde pequeño, eso de las religiones como que no cuaja.

  3. Completamente de acuerdo con Almudena. Una cosa es la creencia en un ser supremo, inteligencia ordenadora, o como lo queramos llamar, que sí puede ser innata. Pero la religión, entendida como la regulación de esas creencias, es una creación artificial del hombre a posteriori y que, por tanto, no puede llegar a la mente de los niños si no es mediante el condicionamiento externo (léase factores ambientales, culturales o lavado de cerebro).

  4. ¡Precisamente! Hay que enseñarlas, pero no una: todas. Todos tenemos derecho a saber, a conocer todas las religiones con sus creencias, y también la ciencia y sus evidencias, con los conflictos e incompatibilidades que surgen por necesidad; y ello sin dar trato especial a ninguna de ellas. A partir de ahí, que cada cual piense lo que quiera. Eso es lo óptimo.

    ¿Qué ocurre? Pues que como bien predecís, las religiones se quedarían sin clientes. La religión no es innata, pero la ciencia tampoco: también hay que enseñarla. Sin embargo, hay una diferencia sustancial. En igualdad de condiciones, la ciencia sobrevive a la razón. La religión no.

    La religión es un meme parasitario y su arma es el miedo. Cuando posee al individuo, se vale de éste para transmitirse a la siguiente generación. Y así por los siglos de los siglos.

  5. mmm… Discrepo contigo, Iñaki. Pero es sólo en un detalle, y ya es tarde, así que no profundizaré demasiado. El caso es que yo sí pienso que la ciencia es innata, lo mismo que lo puede ser la creencia en un dios supremo. La ciencia es innata porque es el resultado de la experiencia humana. Lo que no es congénito son los colegios profesionales, lo mismo que no lo son las religiones.

    No sé si me he explicado…

  6. Más o menos de acuerdo en todo, que bien, pensamiento único, jajaja

    Pienso que lo que es innato es la capacidad de pararte a pensar en los porqués de las cosas, y resolverlos con lo que en cada época, momento y ocasión hemos tenido a mano, de esos porqués parten cosas dispares como ciencia, religión, justicia, disciplinas e ideales que proporcionan respuestas a cosas muy diversas, en definitiva, que te hacen pensar en una Porqué determinado de una manera más clara y concisa.
    Por qué se caen las cosas, pues por la gravedad, y en ese concepto la ciencia(y cada uno de nuestros cerebros) engloba muchas pequeñas respuestas y reafirmaciones a por qué si suelto el cubata siempre se me cae hacia abajo.Lo mismo con la religión, fue una manera de dar una respuesta a cosas que generaban porqués de lo más variado, por qué se hace de día y de noche, por qué llueve, por qué morimos… por qué no utilizar un generador de respuestas sencillas como es la religión para der respuestas sencillas a la gente que necesita respuestas de manera rápida…todo ello bien empaquetado y vendido de vez en cuando al mejor postor, además de sustentado por la necesidad de la gente de obtener respuestas que tranquilicen sus por qués interiores, de conseguir apagar fuegos que de vez en cuando le queman y de, por qué no, solventar cosillas de la vida diaria con un «Dios proveerá»…

    Para mi el Dios de la religión o de las religiones no es más que el comodín-respuesta a los por qués que suponen demasiado esfuerzo para nuestro cerebro(o que no tienen solución); por lo que Dios,dios,dioses, no son más que fusibles que nos protegen de sobrecargas mentales, de ahí que sean necesarios para la integridad de muchos, de ahí que el ser humano mismo los genera como respuesta comodín, de ahí que el que anda un poco hábil se haga Vendedor de Fusibles…

    Ufff, perdonad el ladrillo

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