Libros de texto

Ya es Septiembre en El Corte Inglés, y los editores se frotan las manos. Se ve que con el auge de los ordenadores e Internet habían bajado algo las ventas, pero todo negocio debe hacer su particular agosto, y ahí están los colegios para garantizarles el suyo, en septiembre, a los vendedores de libros de texto. Para que os hagáis una idea, los libros de texto suponen un 17% de la edición total en España. Sin embargo, cabe preguntarse qué sentido tiene que en un tiempo en que la información está más disponible que nunca, cada estudiante tenga que pagar la friolera de 111€ de media al año, en un montón de libros que rara vez volverá a consultar.

El otro día, Marieta, una amiga de mi madre, pasó por casa a saludarnos recién salida del atraco en la librería. Llevaba todos los libros que torturarán la espalda de su hija de 13 años durante el curso que comienza y se lamentaba del poco uso que haría de ellos. Su gasto había superado ampliamente la media: «¡¡200€!!, para que los abra un par de veces y en junio empiecen otra vez a criar polvo, ¡y cada año necesitan una colección nueva!» De la conversación que prosiguió, surgieron algunas posibles soluciones para ahorrar dinero, papel y espacio en las estanterías de casa.

  1. Solución digital. Supongo que es la primera que se os ha ocurrido a todos. Juan Varela habla sobre el tema en su artículo Educación digital universal. Es evidente: cuando los chavales salgan de esa burbuja anacrónica llamada colegio, trabajarán principalmente frente a un ordenador. ¿A qué viene entonces este fetichismo por el papel y los lomos encuadernados? Muchos alegan que en Internet, donde cualquiera puede publicar lo que se le pase por la cabeza, la información no es fiable (aún me acuerdo de la Srta. Consuelo y su cruzada contra la wikipedia). Pero precisamente por ello, conviene que los niños aprendan cuanto antes a «navegar», a ser críticos, a contrastar diversas fuentes, a distinguir las más fiables. El mismo profesor podría dar una lista con estas fuentes, colgar contenidos en una página web o, sin necesidad de recurrir a internet, crear algún tipo de CD de datos de la asignatura.
  2. Solución universitaria. En mi antiguo colegio no se usaban libros de texto. Sólo en Inglés y Francés, los alumnos debían comprar un libro de ejercicios que rellenar durante el curso. Las demás asignaturas se imparten dando apuntes desde que los chavales saben escribir. Esto les ayuda a organizarse desde muy temprano, a elaborar sus propios cuadernos, a captar toda la información que puedan durante las clases y, en caso de que sea necesario, consultar bibliotecas, contrastar apuntes… lo que todos hacemos en la universidad, vaya.
  3. Solución comunal. Un profesor de mi conservatorio, de origen checo, nos contó que cuando llegó por primera vez a España, le horrorizaba ver cómo los niños maltrataban los libros y pintarrajeaban en sus márgenes. Al parecer en Chequia, para ahorrar costes a todos los alumnos, el conservatorio compraba los libros necesarios y los hacía pasar de generación en generación, invirtiendo cada año lo necesario para mantener el material en buenas condiciones. Qué mejor manera de hacer que los niños aprendan a respetar las cosas de todos, y evitar que cada año se derroche semejante cantidad de papel.

24 comentarios sobre “Libros de texto

  1. En Andalucía este año ya son gratuitos los libros en secundaria (bueno, casi todos los libros). Tienen que durar (creo) cuatro generaciones. Esto plantea varios problemas.

    Para empezar no puedes imaginarte el rollazo que es para los profesores el reparto y recogida de libros. Cuando los recogí el año pasado en tercero de eso (tenía tres asignaturas) perdí más de una clase. Ahora ponte a valorar el estado del libro. Y este año me toca repartir los del año pasado, y a escuchar las quejas de los niños, y de los padres, que es peor, porque el de fulanito es mejor.

    La gratuidad es una solución, pero mejor gestionada. Lo que tenemos ahora es una chapuza. Te reparten el llamado «cheque-libro» (Dios, cómo me hace temblar la palabra) para cada niño, para que luego se le dé a la editorial. Se le entregan a los alumnos unas pegatinitas para que pongan su nombre y, ea, a estudiar sin subrayar ni nada porque ese libro es para cuatro generaciones.

    Los libros son un tesoro. Mi libro más preciado es la Poesía Completa de César Vallejo. Pintar en un libro puede ser un crimen, así me lo enseñaron mis padres. Sin embargo, pintar en un libro de texto es una necesidad, porque es un LIBRO DE TRABAJO. No es un libro para enseñar y ya está.

    Para mí, suponiendo que continuamos con libros de texto, sólo hay una solución: controlar los precios de las editoriales. Y te lo dice alguien que está pendiente de firmar con una editorial de libros de texto.

    Pero la mejor solución es la que comentas: apuntes. Así es como el niño trabaja de verdad, como el niño aprende a escribir y a mover la muñeca. El peligro del «subrayado» es estudiar sólo esas líneas que tienen lápiz debajo, una mala herencia aprendida en primaria.

  2. La verdad es que estoy de acuerdo con el comentario de Antonio Manuel. Yo soy profesor de Inglés ( doy clases particulares ) y mis alumnos tienen cheque-libro y en verano, por ejemplo, no dispongo de texto, sino que tengo que sacar la información de donde pueda.
    Todavía recuerdo cuando yo estaba en EGB ( todavía se llamaba así) y en los libros sólo estudiaba el subrayado, aparte de que nadie me dijo cómo se estudiaba, sino que en realidad lo que hacía era repetirme muchas veces el tema hasta que se me quedaba grabado.
    Saludos
    Rampy.

  3. Yo soy un defensor del libro de texto, al menos en el Instituto/Bachiller.

    1. Creo que los contenidos de un libro serán siempre mejores que los apuntes que preparé el profesor-promedio.

    2. Además, el libro lo tienes siempre, puedes conservarlo y volver a él.

    Yo estudié casi sin usar los libros y creo que fue un error. Ahora, con 27 años, hojeo los libros de texto que caen en mis manos y me doy cuenta de que hay algunos muy buenos.

  4. Kikollan,
    Yo también estudié sin libros de texto y hasta el día de hoy aún puedo consultar mis apuntes si me hace falta. Al estar escritos por mí resultan, además, más comprensibles.
    Por otra parte, los libros de texto que sí compré (alguno cayó, de biología si no recuerdo mal) son libros adaptados para niños de una edad determinada. Quiero decir: no son clásicos, ni obras de biblioteca como podría ser El origen de las especies de Darwin. Son herramientas de trabajo, como dice Eugenio y se agotan una vez sus contenidos han sido superados.
    Por otra parte los profesores trabajan ya sobre los contenidos de esos libros y deben poder manejarlos adecuadamente. El hecho de que sean ellos quienes elaboren los apuntes con que van a trabajar, sólo facilita que esos contenidos estén adaptados a ese profesor y a esa clase en concreto. Se podría pensar que es un curre impresionante, pero hasta donde sé, los profesores ya elaboran unidades didácticas y planes de trabajo para la clase que no son menos laboriosos y requieren readaptarse año tras año.

    No me opongo a la compra de libros; me opongo a la compra de libros efímeros. Hay determinados «clásicos» que deben estar en la biblioteca de cualquiera, incluida la del colegio, porque, en efecto, siempre podrán ser consultados. Pero normalmente no son los libros más adecuados para chavales de poca edad. Aunque quizás conviniese que empezasen a trabajar sobre este tipo de material desde temprano, no lo sé. En cualquier caso, los libros de texto que yo he conocido no tenían este perfil y después de que los reutilizase mi hermano, han acabado reencarnándose en lindas cajas de cartón.

  5. Eugenio,
    Me interesaba tu opinión como profesor, qué guay. No sabía que esto se aplicaba en Andalucía. Cuando hablamos en mi casa sobre el tema, los primeros problemas que nos planteábamos eran los que tú mencionas: la conservación de los libros y las quejas de los alumnos. En fin, supongo que el civismo también se enseña, aunque quizás requiera más tiempo. O será que me pierden las utopías. Como experiencia personal te contaré que de pequeña (¿8, 9 años?), en mi clase repartían libros de cuentos para leer en voz alta y hasta donde recuerdo, los tratábamos como oro en paño: eran «Los Libros De La Biblioteca», tenían un valor superior al resto. También puede suceder que fuésemos tan pequeños como para hacer caso en todo a «La Señorita». Pero si en otros países ha funcionado, (según mi profesor checo) ¿porqué no habría de hacerlo también aquí, con el tiempo?
    Por otra parte… ¿es imprescindible subrayar un libro para estudiar? Yo creo que nunca lo he hecho así. Claro, no teníamos libros. Eso sí, elaborábamos guiones de estudio, esquemas etc. donde la información está estructurada para la mejor comprensión de cada uno, según las necesidades de cada uno. También eso nos lo enseñadoron. Los únicos libros que sí tengo subrayados son los de literatura, aquellos que leo por placer: resalto frases que me gustan, ideas etc… Pero entiendo que éstos no son contenidos que tenga que estructurar y organizar para aprendérmelos, sino pequeñas anécdotas inconexas que siempre puedo volver a consultar.

    Éste verano yo también estuve dando clases: física, mates, lengua y geografía. Chavales de ESO y bachillerato. Pude tirar de mis apuntes sin problema y, es más, me acordaba de cosas de cuando los había escrito. En cierto sentido pienso que aprendí mejor por el hecho de haber reelaborado y en por tanto digerido, asimilado esa información desde el principio. Son MIS apuntes.

  6. Hombre, no sé si daros toda la razón con lo del control de precios de las editoriales… Por supuesto, es una putada que cambien de edición cada año, con lo que, en los centros que no han optado por la «solución comunal», el libro no se puede aprovechar para otros años. Sin embargo, no creo que el precio sea excesivo: a mí me clavan treinta lereles por libretitas en blanco y negro.

    Así pues, yo sí creo que lo de compartir el libro puede ser una solución: el gasto es mucho menor, y los chavales pueden aprender igualmente. Respecto a lo de pintar en el libro que tú comentas, Eugenio Manuel… yo creo que, en todo el tiempo que estudié en el colegio, lo único que escribí en el libro eran crucecitas al lado de los ejercicios de tarea (y eso en la época que el libro era mío-mío). Quiero decir que, con un buen cuaderno de notas al lado, es innecesario garabatear en el texto.

    Resumiendo: a mi modo de ver, el remedio sería un híbrido entre la solución «universitaria» y la «comunal».

  7. (Joder, una vez más llego tarde… este comentario tenía que haber aparecido en el #3)

    Pues sí, Almudena, lo del libro comunal funciona :) Al menos en mi antiguo colegio, llevan haciéndolo ya varios años con buenos resultados.

    Y estoy contigo en lo de la volatilidad de los libros. Quitando un par de textos de física y biología de bachiller, el resto de los libros están tirados, más que nada porque no sirven para estudiar. Hoy en día están tan mal hechos (lo pensaba cuando estudiaba, y lo mantengo ahora), con tanto dibujito y tanta mierda, que no se puede consultar nada con ellos. Son libros que, en su propio planteamiento, llevan implícito el «usar y tirar».

  8. Mh. Un inconveniente breve sobre lo de controlar los precios de los libros: se ahorraría dinero, cierto, pero no papel ni espacio en casa. Tal y como está el planeta, el dinero casi me parece lo de menos (aunque sea lo primero en que pensamos)

  9. Creo que me podéis convencer de evitar los libros efímeros en primaria :-) Pero en instituto/bachiller… de verdad creo que lo mejor es un buen libro, de soporte, complementado con apuntes y lo que sea.

    Con un buen libro, aprenderás algo incluso con un mal profesor.

    P.S. Mi padre es profe de secundaria y se pasa horas preparando material: apuntes, temas, fotografías e incluso películas. Pero si no recuerdo mal, es partidario de usar el libro como pilar.

  10. Yo lo que prefiero es que el profesor se curre el temario y haga sus apuntes, y luego los deja en fotocopias y a tirar todos de fotocopias. Después, el que quiera compartir apuntes que comparta, y el que quiera apuntes nuevos que se los fotocopie.

    Eso sí, que pongan las fotocopias más baratas, porque aquí en Pamplona por lo menos, hay que joderse… montas una papelería y te haces de oro.

  11. En mi caso, tengo 2 hermanos mayores que se llevan 2 años entre ellos y estudiaron en el mismo colegio con los MISMOS libros (todavía están en el sótano, con el fondo de la portada de un color y una especie de diana dentro).

    Pero cuando yo entre en el colegio (8 años mas tarde), hermanos que tan solo se llevaban 1 curso no podían utilizar el libro de su hermano mayor. Ahí es donde yo creo que radica el problema, porque no nadie me va a colar que matemáticas de 3º de EGB cambie tanto de un año para otro como para que un libro sea inservible (y ya historia ni te cuento…).

    Es el hecho de que los libros de texto cambién cada año donde está el problema, porque si cambiasen cada 4 años por ejemplo, las familias con varios hijos lo aprovecharían de nuevo y las de un sólo hijo podrían entregarlo al colegio para que hubiera familias en el curso siguiente que no tuvieran la necesidad de comprar todos los nuevos libros.

    Pero claro, entonces la venta de libros de texto no supondría un 17% de las ventas…

  12. Mh… a eso iba con la «solución comunal»: se trata de permitir que todos los libros sean reutilizados independientemente de que sus dueños tengan o no hermanos.

  13. Kikollan, creo que no existe contradicción entre lo que tú propones y lo que yo digo. En bachillerato, el nivel es suficiente como para trabajar con libros «no efímeros», libros buenos, con contenidos completos, válidos en sí mismos. Un buen libro de consulta aprovechable no exclusivamete para aprobar bachillerato. Pero no es esto lo que se entiende por libro de texto.
    En la universidad también he tenido que comprar algún libro que otro: si bien la mayoría los consulto en la biblioteca, hay alguna obra que por su valor prefiero tener en mi propia biblioteca. Pero a eso voy: son obras que yo misma deseo tener y que sé que me van a durar siempre.

  14. Yo nunca he sido capaz de dar clase con libro de texto. Es estático, por ley tiene que durar cuatro años, meten una paliza insufrible en la teoría (se extienden hasta el infinito) y faltan actividades prácticas. No siguen la actualidad, y a los chavales hay que hablarles de la actualidad, relacionar lo que les cuentas con la vida real, lo que ven día a día, tienen que acostumbrarse a contrastar la información y en un libro de texto no se contrasta nada… bueno, puedo seguir y seguir criticando, pero voy a parar. Sólo añado que hoy en día creo que hay que apostar por la solución digital. Tenemos toda la información que queramos en internet. Si nos seguimos empeñando en educar de una manera anacrónica, cada vez será mayor la brecha entre lo que se hace en la escuela y el mundo real.

  15. Yo también pienso como María (e tamén son galega XD). Mi preferida es la solución digital. De hecho, como veis es la que escribí en primer lugar. Lo que me extraña que haya tenido tan poco éxito por estos lares…

  16. Almudena, sí, parece que no estamos en total oposición :-)

    Aunque creo que mi umbral para considerar un libro útil —pese a no ser la obra definitiva— es más bajo.

    En cuanto a la universidad, mi experiencia es que el uso de los libros es mínimo, al menos en escuelas técnicas, y me parece un error. Hay libros excelentes, que como bien dices, son libros que siempre podrías tener a mano.

  17. La solución digital sería perfecta, si no fuera porque aún no es posible. No hay que olvidar que en este país aún somos minoría los que usamos internet (45% de los hogares a finales de 2007 según el INE).

    De primeras parece que imponer la «solución digital» y una buena política de subvenciones haría que muchos hogares dieran el paso. Pero si Timofónica ya nos estafa ahora, imaginaos hasta dónde puede llegar con un internet que de repente se convierte en «necesidad educativa».

    Vamos, que pasaríamos de discutir por qué las editoriales se forran a costa de los niños, a por qué timofónica se forra a costa de los niños.

    No sé, yo creo que desde el momento en que la educación es oportunidad de negocio, todo el sistema se va al garete.

  18. Hombre, siempre puedes poner biblioteca con wifi en cada colegio. Aunque yo creo que por 200€ de libros al año más lo que te ahorras en teléfono, te da para poner ADSL en casa…

  19. No es sólo poner internet (que de todas formas son bastante más de 200€ al año), sino que hay que tener un equipo desde donde acceder, y eso es otra inversión fuerte para muchas familias.

    Si se impone una «enseñanza digital», lo que haríamos es agravar la brecha digital entre los que pueden hacer los deberes en casa con su cómodo equipo de sobremesa, y los que tienen que pasar la tarde en el aula de informática del cole, con conexiones de tercera clase (lo que se pueda permitir el colegio) y cacharros que estarán estropeados la mitad del día.

  20. Hombre, el tiempo dirá…
    Lo que dices de más de 200€, timofónica, en efecto, no lo ofrece, pero una conexión mediocre sí puedes tener por ese precio. En cuanto al ordenador, es una inversión a largo plazo que la mayoría de la gente puede asumir.
    Para los casos en que un gasto así, en efecto, no sea asumible se pueden plantear ayudas (igual que existen para comprar libros) e, insisto: bibliotecas. Pedir que cualquier colegio público tenga un material decente no es nada descabellado. Y pensar que un chaval deba estudiar en una biblioteca tampoco lo es. A fin de cuentas, redunda en su propio beneficio.

    En cualquier caso, this is Spain: internet, en efecto, todavía es demasiado caro (no se ha democratizado del todo), pero el tiempo dirá…

  21. Tú lo has dicho, this is Spain y el tiempo dirá…

    Espero que cuando el político iluminado de turno (normalmente uno que tenga acciones en empresas TIC) proponga «digitalizar» la enseñanza, al menos internet haga honor a su naturaleza libre, y los chavales puedan descargarse vía p2p los «materiales especiales» (o sea, refritos del papel) de las editoriales online.

  22. El tema del libro digital también se está introduciendo poco a poco. Por ejemplo, mis materiales de profesor ya vienen más completos en un dvd que me dan. Ahí también está el libro completo, en versión digital.

    En algunas asignaturas los libros del alumno se acompañan de un cd con más recursos.

  23. Si hubiese profesores dando clase, la mayoría de los libros serían innecesarios, y los alumnos estarían entretenidos en clase, escuchando y tomando apuntes. Después de pasarme toda la época escolar cargado como un animal de tiro, en la universidad sólo necesito de dina4, un portaminas, una goma, una calculadora, compás, escuadra y cartabón. Mi estuche es el bolsillo así que mira tú lo que suelo llevar. Porque aprendes a aprovechar los recursos, a visitar la biblioteca, a preguntar…
    Los libros son un atraco descarado. Yo cuando tenía 10 años no necesitaba toda esa basura que me colgaban a la espalda, sería mejor un profesor con ganas y conocimientos. Pero claro, me parece que si quitamos estos libros más de uno no sabría por donde empezar a hacer su trabajo. Un robo, lo dicho, y muy a gusto de ciertas empresas y grupos que viven de estas maniobras.
    La pantalla de un ordenador puede abrasar la vista de los estudiantes si están largo tiempo delante, así que hoy por hoy no lo veo una solución efectiva. Creo que alguien debería desarrollar un aparato de «tinta electrónica» que pudiera actualizarse cada año con nuevos contenidos, y que tuviera acceso a la web. Eso sí que sería un éxito.

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