La SGAE contraataca

Hay algo más peligroso que Mc Gyver en una ferretería, algo más inquietante que Aznar hablando catalán, algo que da más miedo que… sí, amigos, da más miedo que Chuck Norris cabreado. Estoy hablando de cuando los de la SGAE… piensan. Rara vez pasa (menos mal), pero cuando ocurre tiembla la tierra y al otro lado del charco se ponen en DEFCON 1.

¡Oh, sí! Ha vuelto a ocurrir estos días. Yo cuando me he enterado me estaba cortando una uña y casi me rebano un dedo. El esparadrapo de mi dedo lo atestigua. ¿Aún estáis resacosos intentando digerir el atraco a mano armada que supone el canon digital? ¿Todavía no podéis creerlo? Pues agarraos a la brocha, que me llevo la escalera: la SGAE se plantea un nuevo canon. En resumen, reconocen que el que utiliza las redes P2P no incurre en delito alguno, y su derecho a la privacidad les impide espiarle, por lo tanto, han llegado a la brillante conclusión de que lo mejor es sacar un nuevo canon.

Recapitulemos. Estamos pagando un dineral por cada cámara digital, cada disco duro, cada CD, cada DVD, cada… por si acaso realizamos copias privadas (de lo cual estamos en nuestro derecho con o sin canon); y ahora quieren que paguemos otro dineral por si acaso bajamos cosas de Internet (de lo cual también estamos en nuestro derecho). ¿Qué será lo próximo? ¿Pagarles una cantidad mensual fija por si hacen nuevos discos? ¿Un canon por nombrarles? ¿Por respirar cerca suyo? ¿Qué tal si les damos todos nuestros números de cuenta y ya si eso, que se vayan sirviendo?

Yo a todo esto sólo le veo dos lecturas posibles. Puede ser que estén intentando formar una religión (la gente pagaría y a callar), lo que pasa es que no se han enterado todavía de que «canonizar» es otra cosa. O eso, o son una panda de hijos de la gran puta.

Como la Conferencia Episcopal no ha escupido nada al respecto, me declino por la segunda teoría.

9 comentarios sobre “La SGAE contraataca

  1. Y por cierto, ¿cómo caben Aznar, la Conferencia Episcopal, la SGAE y EEUU en un solo post? ¡Magia, señores!

    Me había propuesto no hablar de religión por una vez, pero es lo que tiene la mierda, que se pega, se seca y ya no hay quien la quite (con perdón por ser tan soez).

  2. jejeje, te veo tela de mosqueado. Venga… coge aire lentamente… respira…ahora fuera.

    Que sí, que tienes razón en todo Iñaki, que esto es un abuso descarado. Dicen que las nuevas generaciones no tienen que luchar como aquellos del mayo del 68, qué equivocados están los sociólogos. El tema del canon puede provocar una verdadera revolución en toda regla de carácter generalizado. Ya veremos lo que ocurre porque, lo que tengo claro, es que no puede seguir así. Es insostenible.

    Un saludo.

  3. «O eso, o son una panda de hijos de la gran puta.»

    Equilicuá! Ladrones. Eso es lo que son. Vieron que lo de los discos y la música ya no daba dinero, pues ale, canon y a seguir ganando.

    Aquí el problema, es el de siempre, hay muchísima pasta de por medio, y me temo que nos tendremos que joder los de siempre, y como siempre, valga la redundancia.

    «El tema del canon puede provocar una verdadera revolución en toda regla de carácter generalizado. Ya veremos lo que ocurre porque, lo que tengo claro, es que no puede seguir así»

    Si puede, pero no se… y lo de seguir así, pues visto lo visto la cosa seguirá igual. Ya llevamos un tiempo con la mierda del canon, y aquí seguimos pagando.

    En fin, no se cómo acabará la cosa… Ya podrían hacer algo los políticos, ahora que están cerca las elecciones. Zapatero, tan socialista y apoya el canon, luego el oportunista de Rajoy dice que está en contra; al final todos el mismo perro con distinto collar.

    Un saludo,

  4. El problema no es que el negocio de los discos no dé dinero. Claro que lo da, pero no todo el que ellos quisieran. El problema está en que el negocio está mal planteado desde el principio. Desde el momento en el que el disco se pone a la venta por 20, 30 euros. ¡De qué coño van! Que bajen el precio de los discos y verán si venden o no.

    Si estuvieran a un precio razonable, ¿no te comprarías todos los discos de tu músico favorito para tenerlos en una calidad óptima? ¿O preferirías bajarlos de Internet en mp3 degradados?

    Yo tengo la mitad de la discografía del saxofonista Paquito D’Rivera, y no tengo más porque no he encontrado. Aún estando al precio al que están los discos, tengo unos 10 comprados: todos los que he encontrado (que son difícil de encontrar aquí en España). ¿Qué no haría si estuvieran a buen precio? Los buscaría hasta debajo de las piedras. Pues eso.

  5. «Desde el momento en el que el disco se pone a la venta por 20, 30 euros. ¡De qué coño van! Que bajen el precio de los discos y verán si venden o no.»

    Bueno a eso me refería, que no da dinero, porque no venden debido al precio que tienen los discos. Y aún que fuesen más baratos, sino es un músico o algún grupo que te interese especialmente, siempre es más cómodo bajartelo de la mula, y te ahorras lo que te cueste el disco.

    Jeje, respecto a los mp3 degradados, ¿alguna vez has hecho una prueba ciega? Yo la hize, y no supe distinguir un mp3 de 320kbps con una canción de un cd original. Básicamente, te tapan los ojos, y te ponen una de las canciones, y cuando tu quieras la cambian, conmutándola, con una mesa de mezclas, conmutador ABX o lo que sea. A mí me sonaban igual. Poco a poco, conmuté la canción con mp3 de menos calidad, y en torno a los 192kbps – 160kbps de compresión, es cuando noté el cambio de la canción.

    Tú que eres músico, tienes el oído más educado, no digo que no puedas distinguirlas, pero vamos, yo en su momento no pude. Te recomiendo http://www.matrix-hifi.com sino la conoces ya, está muy bien.

    Un saludo,

  6. Lo que está claro es que si tienes el CD, puedes tener copias exactas, más degradadas, o menos degradadas, y tantas como quieras. Si tienes música exclusivamente en mp3, no podrás mejorarla.

    Pero es lo de menos. No hablo de eso, hablo de algo más subjetivo, más emocional. No se distingue prácticamente, es cierto, pero yo no me compraría los discos por eso. Los discos que tengo de los que te hablo los guardo como oro en paño, porque me hace ilusión tenerlos.

    Cuando te ponen un disco a 30 euros te cortan la ilusión de raíz.

  7. Pues yo voy a plantear mi postura, radical como yo sola, pero es lo que hay. Primero expongo y después opoino.
    Cuando compras un CD original, te venden dos artículos distintos:
    1- El «contenido», esto es, la propiedad intelectual, la música que hay dentro, por la que se supone que pagas de antemano el canon (en realidad es lo que descargas de internet).
    2- El «objeto». El CD, con su libreto, sus fotos del artista… Aquello que puedes tocar y atesorar y que a Iñaki le hace ilusión poseer. (Y a mí, toda la discografía de Extremoduro y Joao-Pires tocando los Valses de Chopin).

    Bien. Lo radical: lo primero debería ser gratuito, o bien, compensarse, financiarse mediante los auténticos «mecenas» de este siglo: Los promotores y la publicidad. A Bach le mantenían los curas, a Goya; Carlos IV, porque en aquella época eran ellos (el clero, los monarcas) quienes movían el dinero y «patrocinaban» la «creación artística». En el Renacimiento italiano, las familias nobles italianas. En el s.XIX los burgueses… Pues ahora, existen dos nuevas formas de financiar el arte:
    1- Las empresas (que se publicitan)
    2- El «pueblo». Pero el pueblo, financia como consumidor y, en ese sentido, compra el «objeto». Como dice Iñaki, el CD tiene su encanto y hay mil maneras para convertirlo en algo «vendible»: añadir comentarios del autor, fotografías, documentación, vídeos…

    Por otra parte hay algo que me cabrea sobremanera. Todos los currantes de España, se pasan 8 horas al día, como poco en su trabajo, para ganarse duramente la vida. Y estos señores, (que, no hace falta recordar, no viven precisamente debajo de un puente), se quejan porque un trabajo que han realizado exclusivamente durante el tiempo que se han pasado en el estudio de grabación (o, si quieres añadirlo también, el minuto y poco que han tardado en componer cada canción) no les reporta beneficios durante el resto de su vida. Y a esto añado, que los derechos de autor se cobran de por vida e, incluso se «heredan» de unas generaciones a otras.
    Yo propongo: que el artista trabaje, como todos. Que genere un bien a la sociedad cada día y que entretenga. Que toque en conciertos, que dé giras. Que monte espectáculos y divulgue su trabajo. Y que sonría: Que Internet lo único que consigue es que se vuelva más popular, que más personas tengan acceso a lo que hace. Si su trabajo es bueno, la gente comprará sus discos (el objeto, el producto, que, por supuesto, debería ser infinitamente más barato. De hecho, puntualizo, la venta del producto sirve para mantener a la compañía discográfica sobre todo, para que se puedan seguie grabando trabajos nuevos), e irá a sus conciertos (las giras, conciertos, espectáculos, y la popularidad que tuviese cada artista, dándole la oportunidad de participar en anuncios, revistas… tendría que ser suficiente para que viviese suficientemente bien).

    Y ahora suavizo. Lo que digo no es tan radical. Soy pianista clásica. Viviré de dar clases, tocar en algún concierto, ganarme la vida. Igual que viven y se buscan las castañas miles de músicos de jazz, cantoautores poco conocidos (estoy pensando ahora en César Rodríguez por ejemplo, un tipo brillante que cada semana toca en algún local de Madrid y deja descargarse gratis sus canciones de Internet…) que se lo curran, todos los días, sus ocho horas, como todos. Y no se mueren de hambre. Pero no quieren ser super-estrellas. Tenemos asumido, y muy mal asumido, que nuestros artistas tienen que llevar una vida cómoda, nadando en la abundancia, como una nueva oligarquía, de gente «brillante» «intelectual» «simbólica»… ¡¡Son mitos!! Y quieren vivir como tales. Pues yo me niego. Que trabajen, coño. Y si quieren un sueldo fijo, haber estudiado… (mierda, no se me ocurre ninguna carrera con salida segura…) ¡Haberse metido a especular en el mercado inmobiliario!

    Saludos Ñaki… ¡por fin tengo internet!

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