Ayer –bueno, hace un ratito en realidad– fue un día extraño. En un principio no noté nada raro, pues hice lo de siempre: me levanté por la mañana, desayuné, fui a clase, comí, fui a mirar unas prácticas, eran otro día, un ratito en la biblioteca… Lo que viene siendo el día a día. Pero estuviera donde estuviera, siempre había alguien que de repente me miraba y con tono serio me decía:
— Hoy es martes 13 –y tras esto, una pausa eterna como esperando una respuesta–.
— ¿¿… y??
Con la primera persona, de repente temí que fuera su cumpleaños y se me hubiera pasado (no sería la primera ni la última vez), pero con el quinto ya uno se mosquea… ¿Qué clase de conspiración es esta?
Desde luego, chico, qué poco considerado eres… ¿Qué será lo siguiente, decir «que hoy es veinticinco… de qué«? :D
Pues yo tuve un examen y no salió como para tirar cohetes. Como me entere de que era por algún tipo de conspiración judeomasónica o de cualquier otro tipo mato al gato y lo saco en el blog… He dicho.
Saludos.