El otro día, Eugenio me mandó el siguiente correo (¡muchas gracias! ;-) ):
Hola Iñaki, he visto esta noticia, a ver qué te parece. Ya sé que es una frikada.
Y he aquí, para comodidad vuestra, el vídeo que enlaza:
Bien. A la pregunta de que «qué me parece», responderé escuetamente de la siguiente forma:
Los humanos no somos capaces de realizar millones de cálculos por segundo; de la misma forma, las máquinas jamás serán capaces ni siquiera de simular el arte.
Absolutamente en contra de la última afirmación.
Pasaran algunos años, pero el tiempo me dará la razón.
(Eso de creer que los humanos (o seres vivos) somos lo más, no me mola)
Esto que dice Ulises me recuerda algo que oí hace poco:
Otra cosa es lo lejos que veamos ese día…
Pues yo estoy totalmente de acuerdo con mi afirmación (curioso, ¿no? :-) ).
Y sí, los seres vivos (en general, no sólo los seres humanos) somos lo más, SOMOS LA HOSTIA, somos excepcionales. Creo que nadie puede decir lo contrario, porque es evidente. Otra cosa es que algún día las máquinas sean la hostia, pero eso será porque nosotros habremos conseguido ser LA REHOSTIA, porque las máquinas no se crean solas.
Con respecto al vídeo, pues podrás hacer una máquina que mueva las teclas super-rápido y tal. Podrás, si me apuras, crear un sistema para soplar que se aproxime al de un ser humano (tarea titánica). Sin embargo, seguirá ejecutando; mas la música no se ejecuta, se INTERPRETA.
Pues, con lo que he visto hasta hoy, yo sí que estoy de acuerdo con la afirmación. No es que seamos «lo más» no lo mejor que se puede construir. Simplemente el arte se trata de sensibilidad, es decir, lo que dice iñaki, el ser humano interpreta. No creo que dos humanos toquen una misma pieza de la misma manera.
El tema es que interpretar es tomar decisiones. El modo en que tocas una «nota» determina (debe determinar para el buen músico) el sonido de la siguiente. Por eso no sólo dos humanos no tocan una misma pieza de la misma manera: una misma persona no toca dos veces la misma pieza de la misma manera. La música renace y muere para siempre en cada ejecución pues sólo tiene sentido en el tiempo que le es presente. Un tiempo que se extingue en ese mismo tiempo. Para que la música sea «cierta», sincera, tenga un significado propio, cada sonido, insisto, debe estar determinado por los anteriores, cada decisión del intérprete debe estar en relación con las decisiones ya tomadas y aquellas que deberá tomar: al final son tantas las variables… que pensar que algo así se puede programar es análogo a hablar del determinismo en el universo: se puede programar como se podría predecir cualquiera de nuestros actos, la libertad en ese sentido no existe, es el nombre que le ponemos a la ignorancia sobre las causas que nos determinan pero… al final hay tantas incógnitas como ecuaciones (un porrón) y por eso el presente se presenta siempre de forma imprevista.
Para que una máquina pudiera interpretar, sería necesario que pudiera tomar decisiones propias. ¿Sería entonces una máquina? Entonces, como dice EC-JPR que nosotros también somos máquinas.
Por cierto, muy interesante el vídeo. Mi profesor de acústica defendía que era imposible que un robot tocara jamás el clarinete precisamente por las razones que presenta el vídeo como aspectos de la complejidad del proyecto. Le mandaré el link, a ver qué opina.
Pues en cuanto a improvisación hoy por hoy algunos humanos no tienen rival (a mi una máquina con cierto nivel de programación me gana a tocar el clarinete y cualquier instrumento porque soy un negau). Pero en cuanto a ejecutar una partitura yo creo que se podría igualar el nivel (ojos tapados y no poder diferenciar la una de la otra). Por supuesto que a nivel espectáculo llama mas que lo toque una persona que una chatarra.
Saludos digoooo 00111010110111011
¿1100010? ¡01100001! 000, 1010 01110.
estas fatal ajajaj
Más vale tarde que nunca (dijo el médico al forense): ya sabía yo que había leído algo a este respecto… Como siempre, en casa de Rinzewind :D