Adictos a Internet

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(Vía: GraphJam)

Lo mejor de la jornada electoral

El domingo fui a ejercer mi derecho democrático, como buena ciudadana. Aburrida y escéptica, pero buena ciudadana. Al salir un padre le enseñaba a su hijo en qué consistía aquello de ir a votar. El crío no debía tener más de 4 años y mediría alrededor de un metro, por lo que le costaba alcanzar el cubo de basura en el que su padre le animaba a depositar su papeleta electoral: «¡Muy bien, hijo, así, así se vota!».

Dios, no sé, pero la poesía… la poesía existe.

Estamos en campaña

Aunque parezca mentira, estamos en campaña. Y lo sé… no porque últimamente se hable sobre la importancia del Parlamento Europeo, no porque haya escuchado el proyecto europeísta de algún partido político, ni siquiera por los ignorados debates televisivos, o la vergonzosa y ridícula propaganda electoral. Todo esto ha pasado más o menos inadvertido para mí. No: lo sé porque, por estas fechas, como siempre que se asoma la urna, el cociente intelectual de nuestros políticos parece sumergirse más de lo habitual. Quizás esperan que la abstención los favorezca. Si te distancias un poco y olvidas que estos tíos son los que nos gobiernan, puede resultar hasta humorístico. Os dejo algunos ejemplos:

Paco Camps es el más honorable de todos los valencianos, y de todos los españoles.

Jaime Mayor Oreja, candidato del PP.

[El presidente viaja] sujeto a las medidas de seguridad que le obliga su cargo.

Representantes de la Moncloa. El deber es el deber.

Es un rojo (…). El señor Rodríguez Zapatero representa la izquierda más radical que hay en Europa y él ha presumido de ello.

Esta frase me encanta, por una vez estoy totalmente de acuerdo con Esperanza Aguirre: es vergonzoso que el PSOE presuma de ser de izquierdas.

El PP tiene un candidato, lo más de derechas de todo el Gobierno Aznar.

Andrés Perelló, candidato del PSOE al Parlamento Europeo.

En unas semanas veremos los brotes verdes [de la economía, se entiende].

Elena Salgado, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda.

Da la impresión que los brotes verdes son de marihuana y se los ha fumado el Gobierno.

Juan José Güemes, secretario de Comunicación del PP de Madrid, ocurrente como él solo.

No creo que sea lo más apropiado para un responsable de Sanidad. Vamos a ver lo que tienen cultivando en Génova.

Miguel Sebastián, Ministro de Industria, otra mente preclara.

Siguiendo la iniciativa de Rinzewind, he hecho mi propia versión de la campaña.  Creo que lo resume todo:

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La respuesta de la evolución

A propósito de las mutaciones que sufren las bacterias, las cuales hacen que se inmunicen ante fármacos mal utilizados (tomar antibióticos menos de lo indicado, o cuando no se necesitan, etc.):

Imagino que será cuestión de tiempo que aparezca un bicho que sólo muera a base de bombas nucleares. Y no será divertido.

(Rinzewind, en Los antibióticos no son caramelos)

  • Si tiene alguna duda al leer este post, consulte a su farmacéutico.

Procrastinar por procrastinar

Una pila de apuntes inmensa sobre mis piernas abierta por la mitad —mentira cochina, abierta por el principio—. Asoma amenazante una hoja llena de filtros, ventanas, y transformadas varias. El Google Reader limpio. ¿El correo? Vacío. El de todas las cuentas. También el de la universidad, que no se lo sabe nadie. Ah, y el aulario virtual, nada. Los comentarios respondidos y sin novedades.

Nada con lo que procrastinar un ratito. Voy a volverme loco. Pero entonces, veo una ventana de la Wikipedia abierta y repaso la barra lateral, y entonces lo veo:

wiki

«Página aleatoria»… hummm… jamás un enlace había sido tan tentador. De hecho, en estos momentos esto sólo sería superable por otro que rezara «No pinches aquí, por lo que más quieras», o incluso «Prohibido pinchar aquí». Y como la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella (como decía Oscar Wilde), pincho. Y va y me sale esto.

Así que se me han quitado las ganas de volver a pinchar: el azar —o, siendo más justos, la pseudoaleatoriedad— me ha salvado de la procrastinación… Ah, no, que me ha dado cancha para esta entrada… Ouch!