(Esta entrada ha sido escrita a seis manos por los Enchufa2 en colaboración con Txema Campillo y se publica simultáneamente en Amazings.es)
La propuesta de Esperanza Aguirre de crear un Bachillerato de Excelencia ha creado una marea de opiniones, sobre todo contrarias. Las principales críticas que se le achacan la tildan de medida elitista, afirman que de ponerse en marcha fomentaría la segregación y la creación de guetos.
Está claro que es una medida sobre la que puede establecerse un sano debate por la cantidad de matices implicados en su puesta en marcha: son estos los que pueden convertir la idea en un éxito o un fracaso con terrible facilidad. Hay quien, como en el Otto Neurath, ve con buenos ojos la medida, pero se plantea dudas razonables sobre los detalles que se conocen acerca de su posible implantación: «¿por qué sólo un centro?, ¿por qué sólo bachillerato?, ¿cómo incentivar que alumnos de extracción social que haga menos probable alcanzar la excelencia puedan llegar? […] ¿no tendría que ser al revés: pagar más a los profesores que se quedan con los alumnos menos «agradecidos»?».
Pero lo que sorprende es la agria reacción generalizada contra el concepto en sí de la propuesta. ¿Por qué se ve con tan malos ojos? ¿Estamos valorando la idea por sí misma? ¿O acaso existe cierto rechazo inicial por venir de quien viene? Me consta que existe mucha gente con el suficiente espíritu crítico como para aceptar una buena medida aunque venga de una persona con ideas no afines, y lo contrario también. ¿Quizás, entonces, las reacciones se hayan visto afectadas por otro tipo de prejuicios?
Vivimos en un país en el que siempre se ha tenido muy en cuenta al que tiene dificultades para llegar al nivel medio en temas de educación. En aras de “la integración”, proliferan las fórmulas que buscan ayudar a esta desviación de la media por defecto, fórmulas que muchas veces incluso abogan por reducir la exigencia general para forzar a que esa media sea más baja. Pero ¿qué ocurre con las desviaciones de la media por exceso?
En la España de bombo y pandereta, se permite todo menos ser listo. A través de Twitter, Arturo Quirantes ha establecido un paralelismo muy esclarecedor:
Madrid va a crear un centro específico para alumnos excelentes: mal. Los deportistas de élite tienen centros de alto rendimiento: bien. WTF?
Existe un culto a la democratización de la educación que no es normal. Tenemos que asumir que existen alumnos con altas capacidades igual que existen otros con menos capacidad. Y estos alumnos también necesitan atenciones especiales, necesitan ser alentados y motivados. Todo lo que se salga de la media por arriba lo consideramos elitista cuando no es más que atención a la diversidad.
Luego nos quejaremos de que no tenemos grandes investigadores, ni científicos punteros y hasta tenemos políticos ineptos que no hablan inglés. ¿Dónde están esos alumnos que tanto destacaban en 1º de la ESO? Probablemente se habrán quedado por el camino, aburridos y hastiados de tener que seguir el ritmo de los mas lentos; habremos perdido a nuestros alumnos más brillantes aplastados por el peso de la mediocridad.
También resulta polémico que solo exista un centro en todo Madrid, con un número preestablecido de plazas aunque en este caso se trataría del experimento piloto. De hecho, aún no está claro si sería un solo centro el que se beneficiaría de esta media o se crearía un programa con varios centros repartidos.
Y por último, aunque la medida de creación de ese bachillerato me parece excelente, sí que le pongo pegas a la forma de entrar. Lo suyo es que se pudiese acceder por nota, de modo que, a partir de una calificación determinada, cada alumno tuviese la garantía de poder elegir este bachillerato (como se elige el de ciencias o el de artes y no tener que competir por la plaza y depender del azar de año en año) o bien que el alumno deba demostrar otras capacidades, aptitudes y actitudes en una entrevista personal o avalado por informes de sus profesores.
He leido antes el articulo y me ha gustado mucho. Más tarde, viendo el feed de enchufa2, he visto que ha salido de aquí ;) Seguid así.
Desengañaros, que la Espe no hará nada de eso, y si termina haciendo algo que se parezca remotamente a lo que propone, será a costa de un recorte de gasto en otro tema, veáse las políticas de Wisconsin o de Ohio.
La Espe es especialista en darnos gasto por liebre.
Han empezado las elecciones y ya no puede inaugurar,
pero las portadas se las lleva de calle, sin callar.
Una educación de calidad haría que los mejores sean los mejores, no los centros especiales.
Además habría que ver cómo sería esa educación. A mi parecer con lo que se ha ido bajando la media, igualando por abajo, sería volver a un nivel de exigencia como el de hace unos años, a no ser que la diferencia fuese realmente notable.
Por otra parte creo que simplemente ya ayudaría el hecho de que el «ambiente» que habría en esas clases no sería de incordio al que quiere atender, ya no digo el adecuado. El ejemplo de los deportistas de élite me parece bueno, yo estoy totalmente de acuerdo en que se cree este bachillerato, y estudiarlo en la E.S.O., aunque sería lógicamente más difícil por su carácter general y obligatorio.
Mi experiencia personal es, por ejemplo, que el profesor de matemáticas plantee un ejercicio, hacerlo y al levantar la vista ver a todos escribiendo y aún tener tiempo de quedarme mirando por la ventana; e igual en física, y en química…
Además, a veces esto se convierte en una trampa para estos alumnos que, acostumbrados a no tener que estudiar mucho tiempo, al llegar la universidad no tienen costumbre de estudio y lo pasan mal.
P.D. Que conste que la «Espe» no me cae precisamente bien, pero reconozco las buenas ideas vengan de quien vengan.
P.D.P.D. Todo esto lo dice un estudiante que vive la situación de primera mano.