Una casa es una máquina para vivir
(Le Corbusier, arquitecto y diseñador suizo-francés)
La semana pasada fui a visitar el Solar Decathlon Europe, un concurso entre universidades de todo el mundo, encargadas de desarrollar casas sostenibles. Todas ellas estuvieron expuestas al público al lado de Principe Pío, y la mayoría contaba además con visitas guiadas por sus propios creadores. Fue una visita interesante y bastante recomendable, una buena ocasión para ver todo tipo de aparatos tecnológicos, casas móviles desde las baldosas al techo y, sobre todo, las 1001 formas de optimizar el espacio en «la casa del futuro». De hecho, una vez visto el concurso, me da la impresión de que sus participantes estaban más preocupados por adaptarse a la superpoblación mundial (¡cómo vivir en 15 metros cuadrados!) que por combatir el cambio climático, dos causas muy nobles ambas, eso sí. Quizás por eso, por las casas infinitamente móviles, por su construcción modular y su consecuente aspecto de caja, de máquina o a veces incluso de nave marciana, las mayoría de las propuestas terminaron pareciéndome poco realistas. Muy bonitas y mu modennas, pero más dignas de un museo, que de una ciudad y sus habitantes. Y eso sin hablar de los precios. La mayoría de las casas presentadas al concurso casas tenían un coste de entre 200.000 € y 500.000 € ¡sin incluir el suelo! No sé por qué incluir tanta pijada y tanto techomóvil, cuando lo fundamental de este tipo de soluciones ecológicas es que puedan aplicarse masivamente y que empiecen a hacerlo DESDE YA.
Para ejemplo, un botón. La casa ganadora del concurso, si no me equivoco, terminó siendo la Lumen Haus. Toda ella estaba cubierta con cristales especiales capaces de adoptar distintos tonos y opacidad a voluntad del consumidor, además de un sistema de iluminación con colorines totalmente controlable desde un iPad o un iPod. ¿Y todo eso para qué? ¿Para esos días en que te despiertas y quieres ver el mundo de color rosa salmón? ¿Para que la broma te cueste medio millón de euros? Está claro que los juguetes de Apple tenían que aparecer por algún lado. Aunque no deja de ser divertido que el ordenador central de la casa (el que controlaba la climatización, el agua y demás) funcionase con Windows.
Las casas serían de 15 metros cuadrados pero algunas necesitaban su terreno para la huerta, piscinas y demás. A mi me encantó el concepto inglés de casa adosada, el resto necesitan bastante mas espacio y ademas no son apilables.
Con todo esto, a mi la que me gusto la de Valladolid.
@TxemaCG:
Mh, si hablamos de la misma casa (una de dos pisos ¿no? la de Cambridge), tenía un problema fundamental: aparte de que, en general, la apariencia y el mobiliario estaban menos cuidados que los del resto, el sistema de refrigeración era tremendamente ruidoso. Una especie de aspersores que dispersaban agua por toda la casa desde el techo, no sé si te fijaste…
Mi preferida era la de los chinos… precisamente, la que menos cosasmóviles tenía.
A ver, las cosas no se adoptan tan rápido, concursos como este son necesarios para ir probando nuevos sistemas. Seguro que en el futuro alguna de estas invenciones se instala a gran escala.