La noticia no es por tanto que retiren el crucifijo de una escuela pública, sino que durante 30 años haya sido constante y obligatoria su presencia ¿Por qué despierta tanto alboroto una decisión tan obvia si de verdad se asume la neutralidad del Estado?
Interesante artículo de Jorge Urdánoz Ganuza os recomiendo echarle un vistazo.
En este país, la contradicción constante entre lo que se dice y lo que se acaba haciendo es una constante. Sólo hay que fijarse en los políticos y sus lindezas ;-)