Me cago en la Virgen, qué mundo…

¡Me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen, me cago en la Virgen!

Sí, soy perfectamente consciente de que esto puede ofender los «dogmas, ritos y creencias» de quienes «profesen la religión católica». De hecho, está puesto ex profeso para joder.

Pues por esto, por un texto de Xavier Silveira que contenía nueve veces «me cago en la Virgen» (mira, con ésta diez), la Fiscalía de Guipúzcoa pide 3.600 euros de multa, porque considera que el autor es consciente de que resulta ofensivo.

A dónde vamos a ir a parar, me cagüen dios…

Un comentario sobre “Me cago en la Virgen, qué mundo…

  1. Yo también exclamé ¡mecagüen la virgen!, sorprendido hace unos años tras leer el libro de 158 páginas, Jungfrauengeburt. Die Geschichte von Maria und ihrem Sohn, del famoso exegeta protestante Gerd Lüdemann, uno de los grandes especialistas en los dos primeros siglos del cristianismo. Apoyado en numerosos pasajes de la literatura bíblica y judaica este preclaro profesor de la universidad de Gotinga, Lüdemann, sostiene que María habría sido violada -algo por desgracia frecuente antes y ahora-, que Jesús sería fruto de una violación y no, como sostiene la Iglesia católica, engendrado por Dios, en concreto por el espíritu santo. Entre otras expresiones, la frase “¿éste no es el hijo de María?” en el sentir de entonces indicaría violación y encerraría desprecio machista y social. Los hijos legítimos siempre eran hijos del padre y así se hacía constar. Y el teólogo Helmut Schütz va más lejos: pone nombre al violador. María habría sido violada por su padre y Jesús sería hijo de un incesto. Sostiene que la frase “Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo y nació de la virgen María” no es una falsificación de la realidad histórica sino “una explicación teológica de un hecho horrible, la violación, superado con el recurso y ayuda de Dios”. Una serie de indicios, encontrados en el relato, le llevaría a este teólogo, estudioso del lenguaje de las mujeres violadas, a esta conclusión. Ya ante la idea de María, madre y virgen a la vez, transmitida por la Iglesia católica, no es difícil que una persona con cierta sensatez exclame: ¡mecagüen la virgen! En todo caso con el bertsolari Xabier Silveira lo verdaderamente insensato y sorprendente, lo alucinante, es la postura del fiscal.

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