La ciencia que se hace con cero plazas

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España padece una crisis y, en su infinita sabiduría, aquellos que no supieron preverla, evitarla o prevenirla se disponen a mutilarla poco a poco. Recortes en los servicios sociales, en las clases medias y, como no, en ciencia porque ya se sabe: cuando uno padece desnutrición, lo más inteligente es arrancarse el estómago.

La ciencia que se hace con cero plazas es la crisis del mañana. Es la hipoteca pagada con nuevas deudas. Es la garantía de que pronto volveremos a encontrarnos en esta misma situación. Viviendo de lo que inventaron otros y vendiéndoles casitas en Mallorca. Sin capacidad alguna para generar riqueza duradera.

Pero la ciencia que se hace con cero plazas es también la ciencia del exilio, la de aquellos que tienen que elegir entre su vida y su desarrollo profesional, la de los que son demasiado brillantes para tener hueco en este país. Y es que, a estas alturas, pocos científicos quedan en España lo bastante ingenuos (o afortunados) como para ignorar que su futuro pasa por hacer las maletas y buscar suerte en otra parte. Cerebros fugados, los llaman. Yo suelo imaginar que son personas, incluso, y que no «se fugan»: más bien les echan.

Por tercer año consecutivo, la investigación en España sufre sus mutilaciones con presupuestos, como no, a la cola de los del resto de Europa. Como cuenta Lucas Sánchez, investigador y amigo del blog Sonicando:

Nos hemos quedado sin ministerio, con 600 millones menos de presupuesto y con una previsión de CERO plazas de investigador en oferta para el presente año en nuestro país. […] Ya no es dificilísimo conseguir una plaza de investigador en España; es imposible.

Lucas es también el autor, junto con Félix Gallego, del vídeo que encabeza esta entrada y con el que varios blogs de ciencia pretendemos denunciar la situación. Desde aquí os invito a verlo, comentarlo y compartirlo.  Quizás, si somos muchos, podamos hacer más ruido.

3 comentarios sobre “La ciencia que se hace con cero plazas

  1. Es muy triste, y descorazonador para aquellos que queríamos dedicarnos a la investigación. Aunque siempre nos quedarán las maletas.

  2. Precisamente intenté explicarle a mi padre hace unas semanas por qué pienso que el culpable de la crisis (independientemente del color político) ha sido el obcecado desarrollo de infraestructuras en un país que no da para más, en vez de haber promovido el I+D+i para acercarnos un poco a Japón, Alemania o EEUU.

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