Otro jueves más plagado de prácticas… Bueno, en realidad sólo eran dos, pero bastante extensas y acabas cansado. La mañana se ha pasado trasteando con generadores y osciloscopios, y la tarde programando en C para Linux. Como dice Kelzo, hoy es uno de esos días en los que te alegras de haber escogido Teleco.
La práctica de la mañana ha sido interesante y muy completa. De las mejores que he hecho por tres razones: porque no mirábamos al reloj para ver si llegaba la hora (de hecho, se nos ha pasado y hemos seguido de buen grado hasta terminarla), porque te das cuenta que aprendes y te enteras cómo funcionan las cosas, y por último, porque hemos realizado una aplicación práctica de la teoría de manera que ves la utilidad de lo que aprendes.
Trataba de las modulaciones en AM (Amplitud Modulada). Las modulaciones son técnicas para transportar información a través de un canal de comunicaciones, de manera que el aprovechamiento de éste sea máximo y el receptor sea capaz de recuperar el mensaje con fiabilidad. La modulación en AM es conocida por todos, ya que uno de sus principales usos es la radiodifusión en AM. Sí, amigos, ese botón de la radio que nunca utilizáis; porque hoy en día la más usada es la FM (Frecuencia Modulada), debido a sus mejores prestaciones. AM fue la pionera en radiodifusión debido a la sencillez (y sencillez generalmente implica barato) de sus demoduladores (aparatos receptores); y todavía se transmite hoy con esta técnica, aunque cada vez menos. Si sintonizáis algún programa, veréis que se oye sucio y con poca calidad. Para voz es suficiente, pero para programas musicales es más que desaconsejable, ya que transmite un rango de frecuencias muy corto y no pasan las frecuencias agudas.
Nuestra práctica matutina ha culminado con la transmisión de nuestra voz modulada en AM en onda media y la recepción con un aparato de radio. Así que ¡hemos salido en la radio! Aunque sólo en esa radio, porque hemos utilizado una antena muy mala (un cable pelado) para transmitir y que no saliera la señal del edificio. ¿Por qué? Pues porque para transmitir es necesario una licencia, y sin ella estaríamos cometiendo un delito.
El método, de lo más simple. Un micrófono recoge la voz y la transforma en variaciones de tensión. Después, es necesario amplificar esta señal, porque el micrófono proporciona tensiones reducidas, de apenas unos mV. La señal amplificada o moduladora se introduce a un generador de funciones, que se encarga de multiplicarla por la señal portadora y sumarle ésta al resultado. A la salida del generador, ya tenemos la señal modulada, que es irradiada al aire libre por un cable en este caso. La recepción se realiza con una radio que sintoniza AM, cuyo demodulador, como hemos dicho, es muy simple (ya que se trata de un detector de envolvente).