Esta mañana, una columna de humo tintaba de negro un cielo ya de por sí gris aquí en Pamplona. Esos hijos de puta lo han vuelto a hacer. ¿Se sentirán orgullosos, eh? Poner una bomba en una Universidad… qué valientes. A eso lo llaman «luchar por unos ideales», a intentar matar a cuatro alumnos o cuatro profesores. Qué campeones. O será que aquí la gente se junta para pensar, y estos imbéciles se asustan de la gente que piensa, porque a ellos no les da ni para darse cuenta de su propia estupidez. Al final no hemos tenido que lamentar ninguna desgracia mayor, aparte de los desperfectos y los heridos leves, pero tranquilamente podríamos estar hablando de algo mucho peor.
ETA ha conseguido convertirse en la versión quijotesca y deformada de una guerra trasnochada. Sus propios delirios no les permiten ver que se han confundido de conflicto, de armas y de enemigo.
Al final, los molinos sólo son molinos.
No te lo vas a creer, acabo de llegar a casa y llevo toda la noche pensando en vosotros, desde que escuché la noticia de la barbarie.
Molinos, cierto.
A mí estas cosas me dan mucho coraje. Lo peor del caso es que son «cuatro gatos», pero parece que tengan «amelonao» al resto de la gente.
Ojalá un día no muy lejano se acabe toda esta barbarie.
Un abrazo
Rampy
El problema es que no son 4 gatos. Son muchos los que consideran que la independencia y demás memeces justifican actos como este, y aún peores. Afortunadamente, sólo unos pocos se atreven a cruzar la línea de las palabras a los hechos, pero el verdadero problema es todo el apoyo social que reciben (que no es poco).
Ningún argumento ideológico político puede justificar jamás el derramamiento de una sola gota de sangre.
Kelzo lleva razón.
Desde fuera parece que son cuatro gatos, si. Pero te pones a vivir en Pamplona durante tres años, riojanito tú de toda la vida, y alucinas con la cantidad de subnormales e hij***tas que les apoyan en uno u otro sentido. La independencia de lo que ellos llaman euskalherria (donde les conviene incluir a Navarra, por eso de que hay mucha pasta y mucho idiota que se las da de vasquito valiente) es apoyada por mucha más gente de la que en un principio se imagina uno.
Los métodos ya son otro cantar. A poca gente le he visto decirme a la cara que el fin justifica los medios, aunque si ha habido malnacidos que, haciendo gala de un inteligencia cero, me lo han espetado.
Y uno se queda con ganas de partirle la cara por subnormal, y porque uno es democrático y pacifista. Sería caer en los mismos métodos que detestamos, pero a cuantos les vendría bien una buena mano de betún en las costillas.
A ver si así se les quitaban las ganas de hacer el niñato y joder al resto de la gente.
Pero le meten el miedo al personal. Y eso es lo que quieren, terror y más terror. Lamentable que siga ocurriendo esto en el siglo XXI.
Afortunadamente estos animales cada vez son más jóvenes e inexpertos y la polícia les caza más pronto. Pero por desgracia la granja la tienen llena y los van reeplazando. Esperemos que se acabe pronto. Toda mi solidaridad.