Historia de una tesis en números

Ya está. Ya puedo decir que escogí mi propia aventura y que finalmente me pasé la academia, esa que consiste en hacer méritos con un horizonte temporal limitadísimo mientras otros hacen negocio con tu trabajo; un negocio que además va a otro ritmo, mucho más pausado, pero con una inercia arrolladora.

Al final, toda tesis doctoral se reduce a números: cuánto has publicado, dónde has publicado (es decir, cómo de buenos son los números de esas publicaciones), y cuándo has defendido la tesis. «Tú acuérdate de esta fecha, 9 de julio de 2018, que es lo que te van a preguntar». Algunos tienen más suerte y otros, menos; algunos lo llevan mejor y otros, peor. Cada tesis es una historia, y esta es la mía:

Aquí se aprecian perfectamente esas dos velocidades a las que hacía mención: la de la ciencia y la de la industria. Sirva de epílogo y de aviso a navegantes.