La pasada semana estuvimos en el Castillo de Chambord y supimos que una de las galerías de los pisos superiores, junto a la escalera central, se utilizó en su día como teatro. Allí, en la década de los 60 del siglo XVII, Jean-Baptiste Lully y Molière representaban sus famosas tragedias musicales. En la audioguía que íbamos escuchando durante la visita, un señor muy serio, pero muy didáctico, relataba textualmente lo siguiente:
[En 1669, durante la representación de El señor de Pourceaugnac, Lully] se vuelca en un papel de médico-bufón. Llevado por el entusiasmo, salta a la orquesta y revienta un clavecín. Es todo un éxito.
Soy un fan de Lully, pero mira que romper un clavecín… un artilugio tan complejo podía costar todo lo que ganaba al año un informático en el siglo XVII. :|