A mediados de los años ochenta, se descubrió que nuestro cerebro presenta actividad desde unos instantes antes de tomar una decisión, lo que contradice nuestra sensación de consciencia y sugiere que es nuestro subconsciente el que toma las decisiones automáticamente por nosotros. Esta idea ha permanecido invariable durante todos estos años, y los numerosos experimentos nuevos que se han venido haciendo han repetido los mismos resultados que sugerían dicha hipótesis.
Ahora, un grupo de investigadores franceses, Schurger et al., conjeturan que esa actividad cerebral previa a la acción tiene un origen distinto, similar al que se produce cuando interpretamos estímulos visuales. Esto es, los nuevos resultados indican que dicha actividad supone una preparación para la toma de la decisión, una la acumulación de información de las distintas posibilidades existentes para que sea nuestra mente consciente la encargada de realizar la valoración y la toma de la decisión.
Lo cuenta mejor que yo César Tomé en Un resquicio para el libre albedrío, en su blog Experientia Docet.