No es la primera vez que hablamos de Edward Elgar. Se trata de uno de los compositores más representativos del nacionalismo inglés, hasta el punto de ser el autor del himno nacional del Reino Unido.
Elgar compuso su Concierto para Violoncello durante el verano de 1919, a los 62 años. Está considerado como su última obra de importancia. Un año antes Elgar había sufrido una operación que puso en riesgo su vida. Según cuentan, nada más despertar, pidió papel y lápiz para anotar la melodía que sirve de tema principal a este concierto. También pudiera ser que el aire trágico del primer movimiento se debiera a la desilusión causada por la Primera Guerra Mundial en el ánimo del autor. El caso es que el Concierto para violoncello supone un cambio respecto a las primeras obras de Elgar: más nobles y joviales, típicamente inglesas, como una taza de porcelana llena de té a media tarde.
Por recomendación de una buena amiga (y mejor pianista) os dejo la interpretación de Jacqueline Du Pré, gracias a la cual se hizo inmensamente popular este concierto. Dicen que el propio Rostropovich lo eliminó de su repertorio después de escuchar la versión de la afamada violoncellista. El director es Daniel Barenboim. ¡Espero que os guste!
La música de Elgar es maravillosa en su heroica melancolía.
(William Butler Yeats, poeta y dramaturgo inglés)
Es un lujo teneros como asesores musicales muchas gracias por todas esas horas de música de calidad que nos regaláis.
Y por el resto de la página que es siempre interesante y divertida.
Gracias, Delfar, se agradece el comentario. Estos posts musicales son con toda probabilidad los menos populares. Nos gusta saber que hay gente que los disfruta.
Yo creo que son los que más me gusta escribir…
Es impresionante la interpretación que le da Jacqueline Du Pré a este concierto de violoncello. Ciertamente, esta muchacha buscaba perfección en lo que tocaba, y es lo que se comprueba con este vídeo.
Encuentro que esta chica, es la mejor violoncellista en toda la historia de la humanidad. Primero, porque no tenemos registros audiovisuales de cellistas anteriores, y además, porque «intimidó» en cierta forma al gran Rostropovich, considerado el máximo cellista de su generación.