Leo en The Independent que un amplio estudio realizado por las universidades de Los Angeles (California) y Aarhus (Dinamarca) a 13.000 niños asegura que las madres que utilizan el móvil dos o tres veces al día durante el embarazo son propensas a tener hijos con desórdenes de comportamiento. El estudio se publicará en la edición de Julio de la revista Epidemiology.
Y hay que ver, con el artículo sin publicar, qué pronto se lanzan a aseverar cosas y sacar conclusiones, como nos tienen acostumbrados con los móviles y la salud, por otra parte. Según The Independent, es el primer estudio de estas características. Desconozco si es así, pero desde luego, con los miles de estudios que se han hecho hasta la fecha sin que ninguno halle la más mínima evidencia consistente que demuestre una relación causal entre la radiación electromagnética no-ionizante y los problemas de salud, es como para dudar un poquito y por lo menos esperar a la publicación del estudio y escuchar la opinión de la comunidad científica. Pero no, se muestra como concluyente así, de buenas a primeras.
Lo gracioso es que le dan especial valor a este estudio porque, según dice, uno de los investigadores (el profesor Leeka Kheifets) es escéptico con que los móviles supongan un riesgo para la salud. ¿Mayor peso por ello? Vamos, que están admitiendo que, en el resto de estudios en los que los científicos creen que van a encontrar relaciones causales, nos la están intentando dar con queso (!).
El caso es que, al parecer, el estudio recoge que el 54% de las mujeres que utilizaron el móvil tuvieron niños con desórdenes de comportamiento, y que estos problemas aumentan potencialmente con un mayor uso del aparato. Además, de los niños que además utilizaron móviles de pequeños (antes de los 7 años), el 80% tuvieron mayor tendencia a sufrir estos problemas.
¿Y de las que no utilizaron el móvil? No sabemos. No informan sobre ello. Otro punto importante a considerar es qué entienden por «desórdenes de comportamiento», porque si se refieren a que te pongan la casa patas arriba cuando no miras, me temo que los «raros» son los de «comportamiento ordenado». Que yo sepa, toda la vida ha habido niños más malos que otros, y, por otra parte, ¿esto es un problema de salud?
Lo mejor del estudio, sin duda, es que estos científicos no tienen ni idea de qué mecanismos biológicos pueden causar esto. Por un lado aseguran que ocurre así, y por otro, dicen que no saben explicarlo. Fantástico. Y, por si fuera poco (al final del artículo y como quien no quiere la cosa), reconocen que hay otros posibles factores que no han considerado, tales como que las madres que utilizan demasiado el móvil dedican menos tiempo a sus hijos, y como (añado yo) que ¿qué narices hace un niño de menos de 7 años con un móvil?
En resumen, que los propios científicos indican que los resultados deben ser interpretados con cautela. Sin embargo, el artículo es taxativo desde su inicio: «Women who use mobile phones when pregnant are more likely to give birth to children with behavioural problems, according to authoritative research».
Las buenas,
Había dejado esto aparte para leerlo con más detenimiento, porque se merece una respuesta como Ford manda. Vaya por delante que, con lo que has dicho, Iñaki, intentaré acordarme de leer este artículo cuando salga (si quieres que te lo pase, pídelo).
En cuanto a tu tercer párrafo, tienes toda la razón, pero yo no le daría mayor importancia: parece la típica reflexión periodistiquilla de mala muerte.
Tu cuarto párrafo es el más jugoso. Como he dicho, no he leído el estudio, así que doy por bueno cuanto tú afirmas. Y, en ese caso, no hace falta ser un águila para darse cuenta de que una correlación no prueba una relación causal. Es más, en un estudio transversal, que es como seguramente han planteado este, es imposible establecer una secuencia temporal, que es condición sine qua non para hablar de causa y efecto.
En la segunda parte del párrafo hay una afirmación que tú mismo desmontas: niño con móvil «es igual a» desorden del comportamiento. Ya. Pero… ¿por qué? ¿No habrá ningún factor de confusión que se les haya colado? ¿No será que la causa primaria (por poner) es el defecto de atención paterna, y que el móvil y la alteración psicológica sean dos muestras de lo mismo?
En cuanto a la diferencia en la incidencia de trastornos en móviles vs. no móviles, me extraña que en el estudio no lo hayan averiguado; más que nada, porque la comparación de proporciones es de lección primera de Estadística. Otra cosa es que el periodistilla se haya percatado de la importancia que esto tenía.
Respecto a los «desórdenes de comportamiento», parecido. No creo que en el trabajo no lo hayan definido claramente, sino que el periodista de turno no lo ha entendido. Pero dudo mucho que una revista seria acepte un estudio que no ha definido los outcomes. Sería como aceptar un trabajo que no indique qué herramientas estadísticas ha empleado.
Sin embargo, en los dos últimos párrafos discrepo contigo, Iñaki. Por ejemplo, respecto a la ignorancia de los mecanismos biológicos. Te sorprendería saber la cantidad de fármacos o procedimientos que se emplean a pesar de que realmente no se sabe a qué deben su acción. Simplemente sabemos que funcionan, gracias a estudios bien hechos (aleatorizados, doble ciego), pero no sabemos a ciencia cierta el mecanismo por el que lo hacen. ¿Ejemplos? Cualquiera en Psiquiatría, muchos en Oncología, incluso algunos en Cardiología.
Respecto a los factores no considerados, es otro apartado que algunas revistas exigen a los artículos remitidos: hacer un análisis de los sesgos y factores de confusión del trabajo, como prueba de honradez. Así que no es raro en absoluto ver «disclaimers» de ese tipo.
Y en cuanto a la afirmación taxativa inicial, bueno… Ese es un recurso de «periodismo científico» :) Las introducciones de los artículos siempre te van a decir que el artículo es la caña de España. Otra cosa es que, si el Abstract está bien hecho, tú puedas rebatirlo en treinta segundos.
Pues eso: my two cents :) Y, sí, me encanta Epidemiología :D
(Por cierto, Iñaki, ¿no tendrías por ahí un botoncito de «Vista previa» para los comentarios, verdad?)
(Joder, qué ladrillo me ha quedado :oops:)
Desconozco eso que dices, y no sé hasta qué punto «no saben» por qué mecanismos curan, pero ¿sabrán qué reacciones desencadenan en el cuerpo esas sustancias, no? Otra cosa es que no sepan por qué esas reacciones curan. No sé, corrígeme si me equivoco.
Aquí, sin embargo, con miles de estudios hechos, no han visto ninguna reacción del cuerpo a las microondas. A muy altas potencias sí, claro: calentarse. Si me dijeras: «mira, sabemos que las microondas provocan estos cambios en los tejidos o en X, pero no sabemos por qué mecanismo esos cambios pueden desembocar en un desorden del comportamiento». Te digo, vale, puede ser cierto. Pero no es ese el caso.
Ot-tia, repasando post viejos veo que no había respondido aquí… Pues no, no te corrijo en el primer párrafo, porque llevas razón :) En muchos casos no se sabe por qué curan, pero sí que se tiene una idea de cómo funciona el fármaco. Luego, a partir de eso, se establecen teorías.
De todas formas, estoy contigo: hoy por hoy, que se sepa (y se sabe bastante), lo único que hacen las microondas es calentar aquello que tengan cerca, pero nada más (de ahí lo de «mujer microondas», que calienta pero no cocina :D ). Sin embargo, siempre salen conspiranoicos a los que todos los estudios les deben de parecer pocos.
Y, en cualquier caso, queda medio mes para poder leer el artículo original…