¿Quién necesita humoristas?

Mi Mesa Cojea publica una parodia de Aznar que se viraliza en Facebook pasando por un fragmento sus memorias «real».

Jose Miguel Mulet asiste como contertulio a Cuarto Milenio y la audiencia se queja porque, al parecer, le «resta categoría» al programa.

Y ahora esto:

https://twitter.com/SandroAstroTV/status/276047976114307073

Efectivamente, el humor es cada vez más indistinguible de la realidad.

Ríase quien pueda.

Mi carta a TED

Si no estabais ayer de vacaciones en Venus (o fuera de twitter, que está igual de lejos), probablemente os hayáis enterado de la polémica suscitada por las charlas TEDx Valencia Women.

A mí, como esto de los estereotipos que disfrazan a las mujeres de seres mágicos, emocionales y espirituales, incapaces de entender una fórmula o de tomar decisiones racionalmente… en fin, como la obligatoriedad de ser una «chica» me toca mucho los cojones (oh yeah), he decidido enviar mi queja a TED y procurar que los magufos y los machistas no puedan volver a empañar su buen nombre.

Este es el texto. Si quieren unirse a la queja son libres de utilizarlo, copiarlo o modificarlo como les parezca.

Hello,

My name is Almudena M. Castro and I write this message to complain about TEDx Valencia Women that took place yesterday, in Spain. Many Spanish TED followers were bewildered by the kind of talks that were offered and I think TED should do something about it.

In the first place, most of the ideas that were «spread» yesterday deal with spiritual or religious beliefs that have nothing to do with the «science, technology and enterprising spirit» promised by the event’s slogans. Many speakers talked about Jesus, the «cosmic energies», the laws of God, «plasmatic» inner healing powers (don’t even ask me what that is), Reiki, fairies and nonsense like that.

But worst of all, from my point of view, several talks insisted on relating what is «feminine» with what is emotional, irrational or magical. And that is profoundly male chauvinist. Indeed, that kind of ideas only build upon the stereotype that keeps women away from scientific careers, for example. Or that make us think of men as being emotionally incapable and irresponsable (boys don’t cry, you know?).

Women can be as rational, logical and intelligent as men, and we deserve interesting speakers that actually talk about «science, technology and enterprising spirit», not just magicians that walk on stage. For that reason, I think TED should take more care about what is spread under its trade-mark.

Thanks in advance for your attention and your excellent work. TED is the first idea that is worth spreading (and being protected).

Almudena M. Castro

Y para rematar, os recomiendo esta genial viñeta de La Pulga Snob, que resume a la perfección lo sucedido este sábado.

Que no lo sepan los mercados

No hagas ruido, no molestes. No grites cuando folles ni desees demasiado. Que un Español decente no sólo lo es de pensamiento sino que, sobre todo, lo parece.

Que haya pobres, como siempre, pero que no nos manchen las aceras. Que no vengan, con su hambre, a cuestionarnos el paisaje. El hermoso cuento del «mejor de los sistemas posibles». Que el mal gusto no les permita venir a salivarnos encima. Venir a existirnos encima.

Que se casen los gays y que no se enteren sus esposas. Que las mujeres no conozcan el sexo, que no digan clítoris (ssh), que se vayan a Londres si engordan. Que no vengan con su lascivia a recordarnos nuestros muslos. Que se muerdan con fuerza los labios, como la santísima y Virgen, María.

Ve a misa en domingo, complace a tu jefe, teme a tu banco. No protestes a deshora: toma valium si te duele. Deja tu casa ordenadamente y por la puerta. Recuerda que los suicidas no van al cielo.

Y si el espejismo se rompe. Si los indecentes gritan, si nos ensucian la imagen (imago, imaginada), entonces la violencia legítima vendrá a salvarnos. Todo sea por saberlos marginales, perroflautas estridentes, anticuados, huelguistas, «ellos». Todo para que tu vida siga siendo de anuncio: moderadamente satisfecha por el consumo. No menos protagonizada por actores.

La competencia de los clásicos

Steven Spielberg decidió contar con John Williams para componer la banda sonora de su película La lista de Schindler. Según cierta anécdota, relatada por el propio compositor, la primera vez que Spielberg le enseñó la película, se sintió tan turbado que tuvo que salir a dar una vuelta y recomponerse. A la vuelta, John Williams le confesó a Spielberg:

—En honor a la verdad: creo que necesitas un compositor mejor que yo para esta película.

—Lo sé, pero están todos muertos.

Theme From Schindler's List by Schindler's List on Grooveshark

El cine con otro tono

La música tiene la curiosa capacidad de suscitar emociones. A veces, con una precisión sorprendente. Esto es explotado con especial éxito en el cine, donde la mayoría de las escenas no estarían completas ni suficientemente claras sin la banda sonora que las acompaña. La música nos permite anticipar si la intensa conversación de los protagonistas es triste o nostálgica, si el peligro los acecha o si acaso nunca más se volverán a ver.

Pero, ¿qué pasaría si cambiásemos la tonadilla de la misma? Film v Music es una curiosa página web donde se combinan aleatoriamente escenas de películas y música de todo tipo. Los resultados, en muchos casos, son sorprendentes y el juego, bastante adictivo (al menos yo, me he pasado bastante rato pulsando «show me another one»). Es curioso comprobar cómo «Gymnopédie» puede teñir de nostalgia hasta el más sangriento asesinato, o descubrir que cualquier escena, bajo el pegadizo «ta ta ta ta ta ta ta ta Batmaaaan» se vuelve cómica (es el Benny Hill de las bandas sonoras).

Ya que jugaba con el experimento, yo he aprovechado para tomarme mi particular venganza: hace años, pagué unas entradas para ver «De dioses y hombres». Quizás uno de los gastos más estúpidos de toda mi vida y un bodrio por encima de la media europea (uno de esos que  no puedes soportar ni agarrándote a la pasta de las gafas). Las buenas críticas me confundieron y sólo más tarde descubrí que muchas de ellas alababan la escena «clímax» de la película. En «Vicisitud y sordidez» lo explican mejor que yo:

La escena emotiva en cuestión es una en la que los monjes, tras decidir quedarse, se ponen ‘El lago de los cisnes’ mientras están reunidos. Y claro que queda bien. Feck, es que yo pongo una de las mejores piezas musicales de la historia con un montaje de todos los contertulios de Sálvame Deluxe poniendo cara de pena y también queda de puta madre.

Dejando a un lado que, hasta con Tchaikovsky la escena es leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenta (absurda, redundate, pretenciosa… y aún así, lo mejor de toda la peli) siempre me he preguntado qué pasaría si se le pusiese una música no menos arbitraria que «El lago de los cisnes». Este es el resultado:

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